Como profesional de la ayuda tengo que reconocer que pocas veces me he parado a pensar en qué habilidades básicas previas se requieren a un psicoterapeuta, es decir, aquellas aptitudes se da por sentado que un psicólogo ya posee antes de recorrer el camino hasta convertirse en terapeuta. Esta reflexión de Keagan acerca de cómo piensa un psicólogo centra el foco en que las personas atribuyen significados personales a las situaciones, y supone que éste sabe diferenciarlos de sus propios significados, así como comprender su importancia y su razón de ser. Me ha llamado la atención porque me ha parecido que, además de ser una consideración constructivista, es muy atrevida, ya que define las propias bases de la práctica de la ayuda en psicología.
«Por un lado, el hecho de que un profesional de la ayuda se de cuenta de que el significado que atribuye a una serie de circunstancias podría no ser el mismo del cliente, es lo que nos lleva a verle como alguien que escucha de manera sensible. Su comprensión de qué contribuye a las atribuciones de significado del cliente y de qué cosas se ponen en juego para que las defienda, es lo que nos lleva a llamarle psicólogo; y su comprensión de qué HACER con su comprensión nos lleva a llamarle terapeuta. Es aconsejable que antes de ser terapeuta, la gente persiga las dos primeras aptitudes.»
Keagan, R. (1982). The evolving self.
Fuente: Centro de Terapia Cognitiva