¿Sientes a veces que estás viviendo encadenado, en una jaula o en una prisión? Si sientes eso, ¿por qué crees que eso te pasa?
Será posible que no estés siendo completamente sincero contigo mismo? ¿Será que estás viviendo una mentira? En otras palabras, ¿será que no estás siendo quien realmente eres?… ¿O será que no estás haciendo lo que realmente te hace feliz o que te llena de paz?…
Escucha…
… Escucha atentamente las respuestas que vienen de tu propio ser… ¿Escuchas alguna voz diciendo “Si”?… si es así, entonces algo no marcha bien.
Ahora, la pregunta es: ¿Cuándo empezarás a prestar mayor atención a esa voz?… a esa parte de ti que te está pidiendo ayuda?… a esa parte de ti que te está pidiendo a gritos que le des libertad?… y aún más importante… ¿Cuándo empezarás a hacer algo al respecto?
¿Cuándo comenzarás a hacer lo que realmente amas hacer?… lo que te hace feliz?… lo que te realiza como ser humano?… lo que te da plenitud?
La realidad es que puedes comenzar ahora mismo, en este mismo momento, con solo tomar una decisión. No necesitas la autorización de nadie para dar el paso, sino de ti mismo. Tú puedes comenzar a hacer y a vivir ahora mismo lo que realmente hace vibrar tu corazón.
Estoy seguro que podrás recordar las muchas veces en que te sentiste inmensamente feliz… en que te sentiste pleno… cuando las cosas se sentían bien, muy bien… cuando muy dentro de ti, una parte de ti dijo: “Si… esto es lo que amo; esto es para lo que estoy hecho”. Bien, no hay ninguna razón por la cual no puedas vivir esa sensación todo el tiempo. No necesitas quedarte encadenado para vivir una mentira. No tienes que dejar que ni la sociedad ni otras personas decidan el camino que debes seguir en tu vida, el tipo de trabajo que debes buscar o hacer, ni las actividades a las cuales les debes dar prioridad.
No, tú no tienes que quedarte sin esperanzas dentro de esa jaula… dentro de esas cuatro paredes de tu prisión. Tú tienes una opción: Tu puedes decidir liberarte, aquí y ahora. ¡Si!… ¡liberarte!… Hacer lo que amas hacer… y hacerlo tantas veces como tú lo desees.
¿Qué importa ya el pasado? Déjalo atrás, allá donde pertenece. Puedes decidir vivir una vida plena… ¡desde hoy mismo! Recuerda: esta es “tu vida”… y es tu prioridad,,, por sobre todas las cosas.
Aunque otros actúen con buena intención cuando traten de desanimarte a hacer y alcanzar lo que realmente quieres, pensando que saben qué es lo que más te conviene… eres “tú” quien terminará siendo feliz o miserable, ya sea en el corto o en el largo plazo. Solo imagina cómo sería si un día, miraras atrás y no pudieras evitar decir: “Ojalá hubiera vivido mi vida diferente… ojalá hubiera hecho lo que verdaderamente me hacia feliz… ojalá no hubiera dejado que otros decidieran por mi… porque quizás así, mi vida no fuera tan miserable…”.
Solo tú puedes decidir cómo vivirás tu vida, asegurando, por supuesto, que tus motivos y acciones estén en línea con los principios que Dios nos ha dado.
La vida es corta… efímera… como el vapor. George Mateljan sabía esto cuando dijo: “La vida es muy corta como para perder tiempo haciendo cualquier cosa que no sea lo que realmente nos apasiona”. Entonces… ¡vive tu vida a plenitud! Has todo aquello que hace que tu corazón salte de emoción… todo aquello que te brinde paz. Y recuerda contribuir con otros con acciones positivas cada vez que puedas.
Hazlo ahora… !Aún estás a tiempo!