Existe un viejo adagio que dice “La Tierra y El Rey Son Uno”. Y desde esta antigua y sabia revelación tenemos que mirar con mayor profundidad la verdadera naturaleza de liderazgo en cualquiera de sus expresiones.
Para efectos de consultoría organizacional o simplemente entender dinámicas sociales tan íntimas como la familia o tan complejas como una presidencia o liderazgo nacional, es que esta frase nos lleva a estudiar las estructuras más profundas de la mente humana y su influencia en los grupos y proyectos.
Por: Jorge A Carrillo
La cultura de los aztecas rige a las sociedades, empresas y las personas, quienes de manera inconsciente, ceden su poder a las altas jerarquías. Cuando un nuevo líderasume el rol, la organización inmediatamente empieza a cambiar de forma que se vuelve un reflejo del líder. Todo esto sucede inconscientemente y a un nivel por debajo de la percepción de la mayoría de las personas y que es observable por quienes saben leer las señales que el liderazgo emite. Actualmente, las expresiones de liderazgos a nivel social son evidentes en cuanto a cómo se entienden y pretenden resolver los problemas de nuestras sociedades y no son nada halagüeños. De estos liderazgos -en cualquier ámbito-, es que se establecen todas las conductas posibles de la organización, lo que significa que se definirán las formas de percepción, relación, soluciones, visión y resultados de la empresa.
En tiempos de adversidad uno puede ver el verdadero carácter de los líderes. El uso del poder conlleva una gran responsabilidad y también grandes peligros desde cualquier aspecto no resuelto del lado oscuro de la personalidad.
El rebaño puede percibir esto y eso reduce dramáticamente el rendimiento de toda la organización -o país. Así, para que un líder cuente con la imagen completa de toda la organización, logre la mayor perspectiva posible hacia el futuro en relación a mercados y tome las mejores decisiones, es necesario que atienda e integre el lado oscuro de su personalidad -y no es para menos porque es ahí donde yace escondido el verdadero poder personal.
Aunado a esto, la época actual cada vez demanda respuestas más rápidas y tensiones innecesarias y llevan eventualmente a una crisis de aquello que se utiliza o se cree posible al usar un enfoque propio de las funciones del hemisferio izquierdo del cerebro.
En concreto, las estructuras con las que actualmente están operando los liderazgos en casi todo nivel o actividad son limitados en gran medida por la insuficiente capacidad de integrar las funciones de ambos lados del cerebro y desde ahí, guiar a soluciones propias del hemisferio derecho.
Así, es que un líder auténtico tiene que nacer, no practicarse, ya que el grado de desarrollo que una persona puede lograr en un cambio a nivel de identidad crea el estado de mayor rendimiento posible y desde el cual uno puede valorar, comprender y crear recursos para cualquier situación. Una completa transformación en las relaciones y como relacionarse para lograr lazos más limpios y simples pero más sólidos, generando confianza de manera natural.
Para tener el mayor impacto benéfico en una organización, el líder necesita claridad mental, madurez emocional y presencia para irradiar las señales correctas. Esto a su vez, debería traer una increíble percepción, velocidad y fluidez que nos ahorre tiempo, y esfuerzo en lo personal y colectivo para generar una aceleración en proyectos, mayores flujos en los resultados y expansión rentable del negocio.
En años recientes, ha habido un auge de métodos y formas de entender y detonar el liderazgo. La disciplina de liderazgocomo tal, se ha vuelto materia de estudio y desarrollo de modelos organizacionales que ofrezcan mejores referentes para la expresión personal del liderazgo. En este proceso, son pocos los medios de desarrollo personal de profundidad que logran realmente detonar un cambio al nivel requerido por la persona y la organización al mismo tiempo, además de ser generalmente insuficientes por el grado de dificultad que le representa a la persona el cambio. De esta experiencia, es notoriamente importante recalcar que difícilmente una organización moderna podrá dar los mejores resultados -o aún sobrevivir- si no se asume la necesidad de transformación verdadera en los liderazgos tal como la época actual lo requiere.
Tal vez ese es el primer reto, mirarse valientemente en el espejo. Como también nos lo revela la mitología griega:
Para que el Ave Fénix resurja de las cenizas, primero tiene que consumirse totalmente en el fuego. ¡Renovarse o morir!
Fuente: Ideasparapymes
Fuente: liredazgo