Hay dos opciones si usted aspira a ser un líder, en cualquier actividad que desarrolle. En cualquier caso, usted debe aplicar un gran sentido de justicia. El actuar de manera equitativa y sin distinciones, lo hará transitar por la autopista del líder.
«El liderazgo es la capacidad de convertir visiones en realidad» (Warren G. Bennis)
Hay dos opciones si usted aspira a ser un líder, en cualquier actividad que desarrolle. Una de ellas es pertenecer al reducido núcleo de personas que ya traen, de manera innata, condiciones de líder -la cual se ve reflejada desde la infancia-, y la otra es aprender a serlo.
¿Cómo? Escogiendo su propio camino, incorporando la mayor cantidad de aliados para el éxito que le enumero en esta obra, y evitando caer en las infértiles posturas de los mediocres. Así podrá convertirse en un verdadero dínamo que generará beneficios en usted y su entorno.
Si pretende dirigir una empresa, ser la cabeza de un grupo que dependerá de usted, asuma el hecho que tendrá responsabilidades extras. Deberá pagar impuestos, deberá trabajar más, el peso de las quejas de los clientes recaerán sobre su espalda.
También, deberá equilibrar inteligentemente el manejo del personal y respaldar con el ejemplo sus afirmaciones, entre otros aspectos que quizá no representaban obligación alguna cuando era empleado.
Empero, también es cierto que obtendrá diferentes recompensas y privilegios al ser ahora quien dirija la locomotora de su vida, dejando el papel de simple pasajero.
Ya no estará colaborando para hacerle realidad los sueños a otro sino que, al asumir una conducta de liderazgo, de aquí en más estará luchando por obtener los suyos propios.
En cualquier caso, más allá de que sea la cabeza de una empresa, de un grupo estudiantil o de un sindicato, usted debe aplicar un gran sentido de justicia. El actuar de manera equitativa y sin distinciones, lo hará transitar por la autopista del líder, se sentirá bien consigo mismo y despertará respeto y admiración en quienes le rodeen.
Fuente: Articuloz
Fuente: liredazgo