De algún modo, percibo aquello que hago como bueno o malo, y tiene mucho que ver con mis introyectos, todas estas evaluaciones que me he apropiado como si fuesen mías y que van marcando sobre todo, como me siento haciendo tal o cual cosa. No hace mucho me percibía en confluencia con alguien, asumiendo una escala de valores que socialmente está muy normalizada y que no es la mía en esa cuestión concreta, lo hacia mas por esa medianidad social, que por que me satisficiese. Poco a poco me voy dando cuenta que todos estos rollos sociales no me convencen o mejor dicho, están en revisión, para poder detectar aquellos que quiero que se queden, de modo consciente y aquellos que no quiero que se queden aunque en ocasiones sean mas fáciles de defender. El gran paso evolutivo de mi ser sin duda tiene que ver con el permiso de ser como soy, de darme cuenta que no hay nada que defender, de que ser defensivo es un modo de ser castrado, de que la verdadera honestidad es la que yo me regalo, ACEPTARME es mucho mas de lo que he podio decirme en otros momentos de mi vida. Mi maestra sin duda era alguien muy grande, alguien que se daba muchísimo permiso y desde ahí, su creatividad a la hora de afrontar el trabajo era fascinante. Resuenan historias de aquella paciente que estirada llegaba a la sesión y le mandaba al mercado a hacer la compra, en un intento sin duda de que se relacionase con el objeto de su desencuentro, los demás. Le debo tanto que cada vez que la recuerdo la siento cerquita, a mí lado, haciendo el trabajo conmigo. GRACIAS MAMEN. Apelando a las sensaciones, mas allá de lo bueno o malo que tanto nos ata, cuando descubro el fluir al que se refiere Mihaly Csikszentmihalyi y suelo hacerlo en los momentos posteriores de ese fluir, me descubro muy muy muy feliz, por la tarea realizada. Y en este sentido, noto la correcta dirección de mi camino. Sin clarividencia voy observando, intuyendo, sintiendo que esos estados de flujo que me regalo, viendo tenis desde el punto de vista del terapeuta que acompaña a lxs jugadorxs, son muy óptimos. Universo deportivo y psicológico que confluyen en mí, sintiéndome responsable de esta confluencia por el camino andado hasta ahora. Como un cruce de caminos del que sale otro en una dirección intermedia y mas adecuada para llegar donde quiero que no es ni mas ni menos que a ser feliz. Decía antes que quizá la verdadera madurez me esta llegando en forma de aceptación, acompañándome y respetándome, sitiendo una dimensión compuesta por todo aquello que soy. Sin duda multidimensional. Me viene la imagen de un pastor que cuida su rebaño, siendo yo el pastor y cada una de mis propias ovejas. Y siendo cada oveja digna de atención cuando solicita destacarse, como GESTALT que aparece, sobre la que pongo mi consciencia y a la que veo evolucionar hasta ser completada o cortada. Ofreciéndome la información que necesito para ver como los mecanismos neuróticos operan sobre mí, por responsabilidad mía.