El agua caliente se resbala por mi cuerpo. Cierro los ojos, aunque la luz está apagada. Me gusta tomar duchas en la oscuridad. Cavilo en el porvenir y no lo veo tan claro. Siento que me asalta el ahora próximo. El agua gotea a chorros desde mi cabello, pasa por mi frente, mi cuello y así por toda mi humanidad. Me restriego los ojos. Me sacudo un poco a gotas. El agua rebota en el piso volviéndose eco. Abro los ojos y con las pestañas húmedas miro las baldosas de mi baño y pienso que es inevitable lo inminente.
José Roberto Coppola
Fuente: Terapia de piso