Las cosas alrededor, y dentro de mí, no son como yo quiero. Eso me provoca enfado. El enfado lo genera el darse cuenta de que la realidad no es como yo quiero. No lo he leído en ningún sitio, pero me salió durante el puente y creo que es totalmente cierto.
Pero me mantengo consciente. Cada vez veo más como observador aquellas cosas externas e internas, me gusten o no. Eso me hace estar más tranquilo y me ayuda a ser más espontáneo, aunque también guardián de mis palabras.
Pintan bastos alrededor, pero últimamente veo más el lado bueno. Hay problemas, pero bueno. Más se perdió en Cuba. (Me gustaría ser ese tal Más que se perdió en Cuba. No sé si se referirán a Artur Mas).
Tengo sentimientos encontrados en muchos casos, en muchas cosas en mi vida. Quizás es tiempo de dar un puñetazo sobre la mesa.