En abrazar el coaching, como en todas las actividades de la vida, la población se divide en dos grandes grupos: los que se adhieren a él voluntariamente, raudos y con entusiasmo, y los que hay que llamar la atención para atraerlos. A los primeros, meramente les saludo y les felicito por atreverse, pues hoy mis disquisiciones y mi reto se dirigen hacia el segundo grupo.