Imagen: Todd Wilson. Loving Hands |
Una forma directa y segura de recibir feedback acerca de lo que proyectamos tanto a nivel consciente como inconsciente, es observar detenidamente nuestras relaciones y nuestra capacidad de manifestarnos de manera vulnerable en ellas.
Ahora, enfoquemos la palabra VULNERABLE, una palabra de interpretación arbitraria, cuyas acepciones van desde mártir, a víctima, pasando por débil. Personalmente prefiero conectar con autenticidad. ¡Y cómo cuesta!
Tanto mi trabajo como mi experiencia personal en ellas, me dicen que las relaciones comienzan a flaquear cuando ocultamos nuestra vulnerabilidad y nos centramos en defender y en atacar, convirtiendo lo que antes era nuestro “punto tierno” en un campo de batalla.
Para rescatar ese “punto tierno”, cuatro preguntas que nos permitirán regresar al centro. Antes de hacerlas, crear un pacto de vulnerabilidad, de estar con el corazón abierto, sintiendo duda, amor, vergüenza, temor, ternura, miedo, dulzura. Cuando estamos vulnerables, todas caben.
(1) ¿Hay algo que estoy haciendo, que desearías que dejara de hacer?
(2) ¿Hay algo que no estoy haciendo, y que te gustaría que empezara a hacer?
(3) ¿Hay algo que estoy haciendo, de lo cual te gustaría que hiciera menos?
(4) ¿Hay algo que estoy haciendo, de lo cual te gustaría que hiciera más?
“Sólo cuando somos lo suficientemente valientes como para descubrir la oscuridad, podremos descubrir el poder infinito de la luz”. Brené Brown
Fuente: El coaching transformador