Hace un tiempo, en una sesión de coaching, un coachee se lamentaba de no encajar en esta sociedad que nos ha tocado vivir. Fue desgranando aspectos de "su realidad", y entre ellos encontré que había ido dejando de hacer cosas que le gustaban porque, sentía, no encontraba en otros la respuesta “adecuada” a sus acciones (entiéndase “adecuada” por respuesta que él necesitaba).
A mí me vino la idea de equiparar la vida con sucesivas partidas de póker. En este juego, por lo poco que sé, se reparten cartas.