No me den la espalda… |
No puedo ni debo valorar como experta de comunicación pues no lo soy, yo me dedico al entrenamiento personal, al Coaching Político, sin embargo si puedo ofrecer mi punto de vista como ciudadana delante de la caja tonta y exponer lo que me hicieron sentir.
La primera pregunta que me hice fue: ¿Pensaran en mí? ¿Me darán respuestas a mis inquietudes?
Esperé impaciente dos horas para que uno de los dos me mirara y me dijera, estoy aquí por ti.
Encontré un debate inicial donde Rubalcaba para mi era un perfecto desconocido, las expectativas generadas como gran comunicador se desvanecieron ante la estrategia de preguntas y provocaciones que Rajoy supo eludir y no entrar al trapo. De hecho vi a un Rajoy desconocido también para mi, me enganchó “a la pantalla” en el mismo instante que dejó de leer para decir lo que piensa, lo que siente.
Llegada la segunda parte del debate no pude dejar de preguntarme ¿Alguien de “de su corte de asesores” le habrá dado las herramientas necesarias para creer en sí mismo? ¿Quién de todos le pone enfrente de la realidad que le paraliza? ¿Cómo se enfrenta Mariano a su mayor miedo? Y no hablo de oratoria ni comunicación, hablo de confianza, hablo de descubrirse uno mismo, hablo de querer, saber y poder, hablo de trabajar alineados con la técnica y el conocimiento de uno mismo, y por ello un Coach tiene un gran valor que complementa el trabajo de los expertos.
Por el contrario ¿Que hicieron los asesores de Rubalcaba? Evidentemente dieron un giro abismal en la segunda parte, sin embargo, ¿Quién le puso delante de una realidad no vivida (su primer debate en televisión por su candidatura a la presidencia del gobierno), que le llevo a un exceso de confianza que hizo presentar su peor cara?
Su llegada a Ferraz, su rostro después de saludar a su mujer, lo dice todo.
El debate no lo vi sola, lo increíblemente alucinante y la realidad evidente, es que cada uno analizamos el mismo en base a nuestros valores y creencias. Mientras que miles de asesores, estudios y estrategas políticos buscan nuevas opciones para captar el voto, para mejorar la posición de su candidato, en el sillón de cada casa, no ven ni perciben este trabajo. Hablo de mucha gente de a pie, ausentes de la política, de personas que viven día a día las consecuencias de las decisiones de sus políticos y que se hacen pocas preguntas para generar un cambio a lo que viven. Por muy mal que un candidato afronte el debate, siempre lo verán mejor que su contrincante. Lamentablemente la vida para ellos sigue siendo “blanca o negra”
Y yo seguía expectante el debate, seguía esperando, que uno de los dos se fijara en mí, me mirara a los ojos y me dijera, voy a trabajar para que estés mejor, voy a provocar las circunstancias necesarias para que mejoren tus condiciones como ciudadana de España.
Uno por mucho y otro por poco… desearía otro debate.
Señores políticos, no me den la espalda, mírenme a los ojos y háganme sentir.
Fuente: Coaching Politico