Optimismo y motivación personal para la vida

Esta semana me gustaría hacerte reflexionar sobre estas dos palabras. Como coach trabajo desde la búsqueda tanto del lenguaje como de la actitud positiva, así como encontrar el motor interno y esa motivación que predisponga a la acción.

Estas palabras y enfoques estarán carentes de sentido si no van acompañadas de algunos ingredientes más. Dice Emilio Duró: «Los tontos son malos, pero hay algo peor, un tonto motivado». Aunque la frase suene algo dura, viene a darnos un pequeño tirón de orejas sobre la motivación. Por muy motivado que puedas llegar a estar si vas a desempeñar un determinado trabajo necesitas unos conocimientos, un aprendizaje. Adquirir ciertas habilidades es imprescindible para poder hacer algunas cosas.

Para conducir un coche es necesario hacer el aprendizaje previo. Si además queremos hacerlo legalmente, además, hará falta pasar un examen. Por lo tanto, una buena motivación te puede ayudar a la hora de estudiar más o que te lo tomes más en serio. Una mentalidad positiva te centrará en revisar posibles fallos y mejorar en vez de posicionarte como víctima (del profesor, del sistema, de la escuela,…). Tanto una como otra serán válidos siempre y cuando estudies, tomes un coche y aprendas.

Os muestro mi propio ejemplo. Cuando yo empecé a trabajar con 20 años una de las primeras cosas que quise fue sacarme el carnet de conducir y tener mi propio coche. Para mi, entonces, significaba independencia y eso me atraía enormemente.

Me apunté a una autoescuela y me propuse tener aprobado el examen teórico en 3 meses y el práctico en 3 meses más. Iba a la escuela todas las tardes, después de trabajar, a hacer test y después a mi clase práctica. Como puedes ver un objetivo con plan de acción y estimación temporal. Si, la primera parte la cumplí, en 3 meses tenía la teoría aprobada; la otra parte me costó algo más. Principalmente porque era una cuestión de actitud más que de conocimientos. Ya conducía bien, simplemente me examinaba mal. El día del examen mi estado interno me jugaba malas pasadas, hasta que encontré dónde estaba la raíz de ese estado. Cambié ese punto y aprobé el examen. Finalmente fueron 8 meses en vez de 6, un pequeño escalón de tiempo y mi propósito se cumplió. En un par de meses más tenía mi propio coche y podía moverme de forma autónoma e independiente, viajar, trasnochar. Además, ¡me encanta conducir!

De aquí puedes deducir los 3 pasos que di:

1. Tener una motivación, algo que me provocase para insistir en conseguir lo que quería.

2. Marcarme un objetivo claro, crearme un plan de acción y medirlo en el tiempo.

3. Observarme, aprender de los fallos, cambiar mi actitud interna, ser positiva.

¿Qué sucede si no se cumplen estas tres bases? Te lo voy a contar.

En ese tiempo también una amiga se apuntó a la misma autoescuela. Finalmente consiguió el carnet de conducir. Gastó más tiempo, más dinero, más energía y finalmente sólo condujo una vez y lo abandonó. ¿Cuál fue la razón? No tenía motivación personal. Se apuntó cuando yo lo hacía y porque yo lo hacía. Le costaba enormes esfuerzos ir a hacer test, se aburría, algunas veces o muchas faltaba a clase. Realmente el desgaste fue enorme y aunque si, fue capaz de tener el papel que le permitía conducir (las habilidades propias), la falta de motivación le impidió disfrutar de ello, aparte de extra gasto de dinero en exámenes y clases. Por tanto, sin la motivación y sin el cambio de actitud el resultado fue bien distinto.

Por eso te pido la reflexión en estos tres pilares, si falla uno el resto te dejarán cojo en tu vida.

Sobre esto Emilio Duró tiene unos videos estupendos, te animo a verlos si no los conoces, porque sobran las palabras. Aquí te dejo una muestra de la ponencia que le ha dado fama como un conferenciante y motivador.

¡Disfrútalo!

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Susana García Gutiérrez – Coach Profesional

1ª Coach de Familias Monoparentales

http://www.coachingatualcance.com/

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