– Dan mucha, pero que mucha más importancia al contexto que al contenido. Lo que vas a contar importa mucho menos que el estado del grupo, su energía, su manera de abordar el aprendizaje, etc.
– Por ello, extreman el detalle hasta límites insospechados, de manera que te veas involucrado en el curso. Ejercicios contínuos, preguntas, en parejas, en grupos, puestas en común, etc, etc. Fomentan sistemáticamente la participación, pero DE TODOS. Otro de los elementos clave: nadie se puede quedar fuera. A la gente no le interesa lo que vas a contar. Le interesa mejorar sus vidas, o sus negocios, de alguna manera, y es lo que quieren llevarse: ideas claras: pocas, pero aplicables
– Me ha asombrado el nivel de precisión que usan en los pasos que dan, en su lenguaje, en la estructura de la enseñanza y lo maravillosamente enlazados que están los puntos.
– No te dan la planificación del día, ni los puntos de los que se van a hablar…. ¡NI HABLAR! Eso es contraproducente. Solo dan líneas muy generales, a veces, pues es clave jugar con la sorpresa, con el interés, con el suspense, el “¿qué va a pasar ahora?”… (de todas maneras ya sabes porqué te apuntaste. Más o menos se refieren a un “fiáte de mi, que no te voy a defraudar”).
– Utilizan todo tipo de técnicas vivenciales para conseguir el aprendizaje, y abominan de la clase donde alguien suelta el rollo (“Teachers, no preachers” = profesores, no predicadores). Si lo vives, lo interiorizas. También usan herramientas como el role playing, estudios de caso, demos, etc.
– Insisten mucho que debes como facilitador controlar la sala, llegar a todos sus rincones, LLENARLA, y para ello, debes tener más energía que cualquier asistente a la misma, de manera que siempre estés en condiciones de responder a lo que pase de una manera efectiva y congruente. Por eso inciden mucho en estar en forma física (y me consta que Singer ha estado a tope 15 horas diarias durante muchos días).
– Y algo que me ha quedado grabadísimo: Para ser un número 1 en nuestra profesión, a nivel mundial, hay que estar dispuesto a hacer cosas que la mayoría no están dispuestos a hacer, a arriesgar, a sorprender. Hablaban acerca de que la mayoría de los formadores dan una formación normal, al uso, y que lo que genera es muchas veces, aburrimiento. NORMAL=ABURRIMIENTO. DISTINTO=IMPACTO. Pero claro, esto no está al alcance de todo el mundo, porque existe una palabra que lo impide muchas veces: EL MIEDO. Ellos lo llaman “the little voice”, la vocecilla interna, que nos pone cortapisas, limitaciones, que nos aconseja sistemáticamente en pro de la seguridad. Pero claro, buscando la seguridad, no se alcanza la excelencia, precisamente.
– De hecho, tuvimos que hacer una experiencia vivencial relacionada con salir del área de comodidad, que me parece poca gente estaría a priori dispuesta a hacer. También era impresionante ver como el compromiso con su sueño lanzaba a personas, a través de un increíble esfuerzo y superación de sus miedos, a hacer lo que había que hacer. Si me llevo una lección de este curso en este sentido, es que hay mucha gente dispuesta que están dispuestas a hacer lo que sea necesario y a pagar los precios que sean pertinentes (sin renunciar a sus valores) en pos de sus sueños (y eso lo echo mucho en falta aquí, en los ambientes donde me muevo).
– La preparación sistemática y al minuto de lo que va a ocurrir, la planificación y la logística son magníficas, y el uso que hacen del tiempo es magistral: jamás les pilla el toro, y dan la sensación de que tienen la sartén por el mango continuamente. No hay prisas, pero tampoco hay pausas, y tienes la certeza al final que ha pasado todo lo que tenían pensado que pasara, y te vas con todo, sin la sensación de que se han quedado cosas sin dar por falta de tiempo
Fuente: Somos profesionales del coaching