Cuando comencé a aprender PNL, siempre me quedaba bloqueado cuando me preguntaban: «Pero, ¿qué es eso de la PNL?»
Por eso, cuando empecé a enseñar PNL, se me ocurrió una historia útil para explicar qué es la PNL, y qué aprendemos en un curso de Practitioner en PNL.
La PNL es como un árbol que crece en un terreno especial.
Sus raíces se acomodan en el subsuelo, y sostienen un tronco que se eleva hacia el cielo.
De ese árbol, formado por multiud de células orgánicas, surgen numerosas ramas. Al final de cada rama, se encuentra un fruto diferente.
El terreno (la tierra) son las creencias de las que se alimenta la PNL, las creencias que afectan a nuestra conducta, consciente o inconscientemnte. Una creencia de la PNL es por ejemplo «El fracaso no existe, es sólo una señal para hacer algo diferente»
¿Son verdaderas estas creencias? Para la PNL no importa. Sólo es importante comprobar si son útiles: si estas creencias me ayudan a conseguir el objetivo que deseo.
El árbol está formado por células orgánicas. Las células que componen la experiencia humana son las percepciones VAC: Visuales, Auditivas y Cinestésicas (cinestésicas = olfato, gusto, tacto y sensaciones corporales internas). Estas percepciones VAC, internas y externas, constituyen toda nuestra experiencia en la vida.
La habilidad para detectar las diferencias VAC existentes entre dos percepciones que tengo de un mismo objeto o persona, en dos situaciones diferentes, se llama «calibración».
El tronco me permite llegar hasta la bifurcación del árbol en múltiples ramas: ¿Qué fruto deseo? ¿Qué rama me conduce hasta él?
El tronco de la PNL me permite obtener información mediante el lenguaje: ¿cuál es mi objetivo? ¿Cómo puedo conseguirlo?. La información se maneja, en PNL, mediante dos técnicas lingüísticas: el metamodelo del lenguaje (lenguaje de precisión), y el modelo Milton (lenguaje hipnótico natural).
Cultivando el árbol de la PNL, es decir, realizando el programa en PNL, aprenderé a calibrar y a ser flexible, y aprenderé también: qué creencias (tierra) son más útiles para conseguir más objetivos (frutos), cómo construir relaciones empáticas (raíces), qué preguntas hacerme (lenguaje) para averiguar qué objetivo (fruto) es el que quiero, y mediante qué técnicas (ramas) puedo consguirlo.
Gracias a todos sus elementos, el árbol puede dar buenos frutos, y yo puedo disfrutarlos.
Y gracias al árbol de la PNL, he aprendido también que, en ocasiones, el cambio puede ser fácil, rápido y sorprendente.
…
Fuente: Cruz Coaching