Todos elegían ser alcanzados por los arqueros. Al terminar la guerra, un soldado que por mucho tiempo sirvió al Rey se dirigió al soberano y le dijo:
—»Señor, ¿puedo hacerle una pregunta ahora que la guerra ha terminado?»
Y el Rey le respondió:
—»Díme soldado».
—»¿Qué había detrás de la horrorosa puerta señor?».
—»Ve tú mismo y compruébalo», respondió el Rey.
El soldado entonces, abrió temerosamente la puerta, muy despacio ya que esperaba no le sorprendiera lo que hubiera detrás, y, a medida que lo hacía, rayos de sol entraron y aclararon el ambiente… , finalmente, descubrió sorprendido que la puerta se abrió sobre un camino plagado de flores y árboles que conducían a la libertad por un largo sendero hasta las montañas.
El soldado admirado miró a su Rey que le decía:
—»Yo les daba a ellos la elección, sin embargo preferían morir que ariesgasrse a abrir esta puerta, que sólo enmascaraba su felicidad».
¿Cuántas puertas dejas de abrir por miedo a arriesgarte?
¿Cuántas veces pierdes la libertad y mueres por dentro, solamente por sentir miedo de abrir la puerta de tus sueños?
¿A qué esperas?
¡ábrela!
Un abrazo. Mari Cruz
Fuente: Cruz Coaching