Dos hermanos se internaban todas las mañanas en el frondoso bosque para cortar leña. Todos los días se turnaban para que uno de ellos se quedara en la cabaña y preparara la comida, para así poder comer nada más llegar.
Un buen día, mientras el hermano mayor estaba solo en la cabaña, apareció un elfo y le preguntó si podía comerse los restos del desayuno.
El muchacho dijo que sí y el enano empezó a comer. De pronto dejó caer el pan y le pidió al joven que lo recogiera. Cuando este se inclinó, el enano lo golpeó con un palo en la cabeza.
![Pétalo 226 :) ¡Cógelo tu mismo! 1 649708265e1979eec4c6546a45acd0c3](https://recursoscoachingypnl.com/wp-content/uploads/2012/10/649708265e1979eec4c6546a45acd0c3.jpg)
A la mañana siguiente, el segundo hermano se quedó solo en la cabaña, ya que el mayor marchó al bosque en busca de leña seca, y el enano volvió a aparecer. Le preguntó si podía comer los restos del desayuno y el joven le contestó:
– «Sí, sobre la mesa hay pan. Sírvete».
Cuando el enano dejó caer el pan y le pidió al joven que lo recogiera, este le respondió:
– «Si no puedes arreglártelas con tu propio pan, no sobrevivirás en este frondoso bosque. Recógelo tú mismo».
El enano le dio las gracias y le preguntó si le gustaría saber dónde encontrar a la princesa y el tesoro.
Un abrazo. Mari Cruz
Fuente: Cruz Coaching