Es la palabra de moda en algunos ámbitos, pero ¿a qué nos referimos?
Entendamos la palabra literalmente como tener consciencia de uno mismo, pero eso qué implica, ¿cómo sabemos que no lo somos ya?
El camino del despertar de la conciencia, pasa , necesariamente, por centrar la atención en uno mismo, en tus propios procesos internos. Aprender a percibir nuestros estados internos y los procesos que subyacen tras ellos.
Alguna vez os ha pasado estar de buen humor y de repente, sin tener conciencia de lo que ha pasado, entrar en un estado de incomodidad o enfado. Súbitamente, algo fuera del campo de la consciencia ha generado un cambio de nuestro estado interno. Si no somos conscientes del proceso interno, buscamos un culpable fuera de nosotros: «tu me has hecho enfadar» y nos libramos de la responsabilidad de nuestro estado.
Vivir a merced de lo que ocurre fuera, simplemente reaccionando al entorno, nos quita el control ( y la responsabilidad) de nuestros estados internos y de los comportamientos que de ellos surgen.
A lo largo del día transitamos por muchos estados internos diferentes , la mayor parte de las veces sin ninguna consciencia del proceso. La estrategia más común es «desconectar» nuestra mente de nuestras emociones para sentirnos mejor…pero claro eso no funciona, así que desconectamos más y más hasta desconectar nuestra vida mental de nuestra vida emocional. Podemos llegar incluso a una cierta anestesia emocional. Vivimos en el autoengaño: todo está bien en mi…hasta que viene alguien y lo fastidia. Incluso esas tensiones emocionales «negadas» nos hacen enfermar, tener síntomas físicos y psíquicos y sin embargo, la desconexión persiste. Ahí no hay consciencia sobre nosotros mismos, vivimos sólo «hacia fuera» : me siento mal y grito con alguien, voy de compras , tomo drogas o tengo sexo o lo que sea que pueda llenar ese vacío de desconexión.
Por ejemplo, te despiertas y sientes una incomodidad a la que llamas «miedo», «ansiedad», «depresión»…no importa la palabra, importa la sensación. En la mayoría de los casos no eres consciente de «como» te has metido en ese agujero, simplemente estás ahí. Solución: pongo mi atención fuera y «me distraigo» o tomo una medicación, o busco un culpable, o lo que sea con tal de no sentir esa incomodidad. De repente , puede cambiar ese estado interno y nos sentimos mejor, pero seguimos sin tener consciencia de qué ha pasado dentro de nosotros. Simplemente «se me ha pasado». En ese estado de desconexión, estamos a merced de nuestras emociones sin ningún control sobre ellas, somos un barco a la deriva, sin consciencia de tener un timón.
Autoconsciencia es conectar con ese ser emocional que somos y empezar a curiosear sobre nuestros procesos internos, aceptar y sentir nuestras emociones es recuperar el poder sobre uno mismo. Nadie te hace sentir mal si estás conectado, porque eres consciente que tú, y sólo tú, eres responsable de tu enfado, pase lo que pase fuera , tu puedes sentir paz en tu interior y tener el poder para sostener la adversidad.
Descubrir nuestra «casa», ese estado de calma interna que nos da soporte y orientación en la vida. Ese es nuestro «centro», donde vivimos en presente, donde tenemos el poder. Y no importa cuantas veces lo que ocurre fuera nos descentra si sabemos volver a ese estado una y otra vez.
Tener consciencia de nuestro «centro» y de lo que nos aparta de él, es el único camino para estar bien, pase lo que pase fuera. Para llegar hasta ahí hay muchas rutas posibles: algunas psicoterapias ( no todas…), chamanismo, meditación, yoga, mindfulness, hipnosis, estados expandidos de consciencia, recapitulación, ho’oponopono, etc. etc. etc. No hay una sola ruta correcta, la buena es la que nos lleva hasta «nuestra casa» y nos enseña a vivir desde allí.
Por mi experiencia, la PNL es una excelente ruta para llevar consciencia a nuestros procesos internos, pero como todo, no basta con saber mucha PNL o leer o asistir a cursos, es una disciplina que hay que experimentarla, vivirla, si nos quedamos en la superficie, sólo vemos un montón de técnicas y no experimentamos ninguna.
Pero todos esos caminos hay que caminarlos con nuestro propios pies, no sirve leer mucho sobre ellos, o asistir a un montón de cursos si no nos lanzamos a vivirlos. Hay demasiados teóricos de la «senda de la autoconsciencia» que saben mucho racionalmente de lo que hablan, pero emocionalmente no se han implicado en absoluto. Eso requiere aprendizaje y disciplina, es un camino para toda la vida. Es un camino maravilloso, aunque hay que implicarse en él con todo tu ser.
¿Alguién ha aprendido a bailar leyendo sobre el tema? NO, hasta que no sales a la pista y te arriesgas no hay aprendizaje.
Cuidado con los gurús sectarios que te ofrecen un camino de dependencia a su lado…no va por ahí, el buen maestro es el que te enseña su sabiduría con sus acciones, no sólo con sus palabras, te ofrece oportunidades para experimentar por ti mismo y te invita a volar con tus propias alas, no de su mano.
Ser autoconsciente, no significa vivir en un eterno nirvana, es mucho más simple que eso, es darse cuenta de donde está nuestro centro y de los procesos internos que nos llevan o sacan de él , para no ir a la deriva, coger el timón y poner rumbo a casa cada vez que salimos de ella.
Como dice Gilligan: la vida es una experiencia maravillosa, pero a veces duele.
Conectar con uno mismo, es conectar con la vida y con los demás desde «tu centro».