¿quÉ te queda por hacer o decir?

Trascribo un fragmento de un cuento que corría por la red:


Mi amigo abrió el cajón de la mesita de noche de su mujer y sacó un paquetito envuelto en un papel blanco.

Éste, dijo, no es un simple paquete, es ropa interior. Tiró el papel y observó la preciosa seda del conjunto.

“Lo compró la primera vez que fuimos a New York, hace 8 ó 9 años… Nunca lo usó.”

Lo guardaba para una ocasión especial. Bien. Creo que ésta es la ocasión adecuada.

Se acercó a la cama y apoyó el conjunto al lado de la ropa que llevaría a la funeraria:

su mujer acababa de morir.

Se giró hacia mí y me dijo: “nunca guardes nada para una ocasión especial, cada día que vives es una ocasión especial”.

¿Cuántas veces en la terapia y fuera de ella, he visto que las personas postergan decisiones a tomar y experiencias a vivir (ej, dejar un trabajo, una pareja, hablar con un hermano de algo pendiente, realizar una actividad…) esperando que?; Que aparezca el cambio de forma espontanea? ¿ Evitando que?, ¿creyendo que siempre tendré la oportunidad al alcance de la mano? , ¿Que siempre tendré tiempo? ¿Que siempre estaré sano?



La reflexión que me surge es que si te murieras mañana o te quedaras tetrapléjico ¿QUÉ TE HABRÍA QUEDADO POR HACER O DECIR?

Lo triste de esta reflexión es que dentro de unos minutos o mañana te podría pasar.




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