«Es una de las más bellas compensaciones de esta vida,que ningún hombre puede sinceramente tratar de ayudar a otro sin ayudarse a sí mismo».
Si deseas la paz a los demás, tú la recibirás.
Si quieres que los demás se sientan amados, serás el destinatario del amor.
Si ves sólo la belleza y la dignidad de los demás, lo mismo te será devuelto.
Lo único que regalas es lo que tienes en tu corazón, y atraes lo que estás regalando.
Tu impacto en los demás-ya se trate de extraños, familiares, compañeros de trabajo o vecinos-es una prueba de la fuerza de tu conexión con la Fuente.
Piensa en tus relaciones en términos de sagradas o profanas.
Las relaciones sagradas facilitan la conexión divina a un alto nivel de energía, para todos los involucrados.
Las relaciones profanas mantienen la energía en los niveles más bajos,densos, para todos los interesados
Tu propio potencial de amor aumenta,cuando empiezas a ver la perfección en todas las relaciones.
Al reconocer la santidad de los demás, les vas a tratar como expresiones de la naturaleza divina que todos compartimos,sin pretender nada de ellos.
Por lo tanto, llegamos a un punto en que consideramos santa o sagrada toda relación con toda personacon la que nos involucramos.
Una verdad que he reconocido durante los años de mi propio crecimiento es que es imposible ser consciente de mi propia conexión con la Fuente si no soy capaz de ver y honrar esa misma esencia en otros.
La capacidad de verse a sí mismo como una expresión de la Divinidad y verse a sí mismo en toda la humanidad, es una característica de la relación santa.
Es la capacidad de celebrar y honrar a los demás en el lugar donde todos somos uno.
Fuente: Crecimiento personal