Hola chicos, ya sé que os tengo un poco abandonados estos días, y es que a pesar de lo feliz que me hace tener mi libro y estar repartiendo a diestro y siniestro como una loca, lo que será la primera edición, no puedo evitar ponerme nostálgicas en estos días de Navidad, que no me gustan en absoluto. Sin embargo no siempre ha sido así. Ya lo he dicho antes, hubo un tiempo en el que esperaba con ansiedad a que llegaran estas fechas, a que nos juntábamos la familia y nos emborrachábamos sin excusas, cuando la sonrisa ilusoria de los niños te llenaba de vida… pero ahora, sin embargo, todo eso ha cambiado. No sé quien tendrá la culpa de la crisis: los gobiernos, los bancos, los mercados internacionales, los inversores… No sé, por mucho bombardeo mediático que hemos tenido que soportar, haciéndonos a cada ciudadano doctores en economía, por los conocimientos adquiridos, al final de todo, ninguno sabemos la verdad del asunto, sólo podemos evidenciar la situación que cada uno vive… a mí me han robado la Navidad, como a otros muchos, y por eso sólo tengo ilusión por que pasen ya estos días de felicidad fingida y comenzar el nuevo año, como la que empieza a vivir, con la falsa ilusión de que algo pueda cambiar. Ya sé que estoy muy negativa, muchos lo estamos, y no es, para nada, bueno. Ahora, por fin, pues todo llega, nos encontramos, no rematando, sino reasesinando este año nefasto de abusos, mentiras e hipocresía, con la alegría de comenzar uno limpio y pulcro, como el que comienza una hoja de papel en blanco, que tiene que rellenar, y en la que seguro habrá, a medida que vaya escribiendo, faltas de ortografía, tachones y expresiones confusas. Tenemos que sacar fuerzas de flaquezas y esbozar la mejor de la sonrisa, volver a querer comernos el mundo y no perder nunca las esperanzas de que algún día, será nuestro día de suerte. Hay que llenar este folio en blanco de expresiones correctas, limpias y sin faltas…
Creíamos demasiado en nosotros mismos, y nos han enseñado a dejar de creer. Creamos ahora que el tiempo ponga las cosas en su sitio, nosotros mientras tanto no dejaremos de soñar, porque nunca hemos dejado de ser unos románticos soñadores, que desean un mundo justo.