Ya sé que estoy siempre quejándome de esta puta vida. Llevo unos días sin escribir nada en este saco de angustias porque no quiero trasladaros mi estado de ansiedad. Y es normal, porque no todo nos sale según lo previsto, porque vemos cómo los planes van fracasando uno a uno, porque las cosas no marchan como a nosotros nos gustaría, porque somos idealistas e inconformistas. Y esto es bueno. Muy, my bueno. Esto quiere decir que a pesar de los vaivenes del destino, a pesar de las continuas malas noticias diarias, a pesar de los abusos de poder, nosotros seguimos soñando con un lugar mejor donde vivir.
Hoy no me queda más remedio que reconocer que muy a pesar de todo: de la crisis, del paro, de la dependencia paterna, de la imposibilidad de acción, del miedo, de las dudas… es muy excitante no saber qué va a ser de mi dentro de apenas un mes. Dónde viviré. Con quién. Cómo me ganaré la vida. Cuales serán entonces mis problemas fundamentales. Hacia dónde me llevará el destino. A qué personas conoceré… Y, aunque esta sequía de información resulte agotadora y machacante, es honrado decir que resulta verdaderamente emocionante.
Muchas veces me habéis criticado por envidiar visiblemente a todas esas personas que tienen unos planes a corto, medio o largo plazo, pues tienen la seguridad de saber dónde, con quién y cómo van a estar. Esa estabilidad en la vida, da confianza a uno mismo. Yo siembre envidio lo que no tengo… pero por otra parte, las páginas de mi libro están aún por escribir, y es realmente gratificante ver, día a día, cómo la propia vida va imponiendo su devenir, sin que yo pueda adivinar por un segundo qué cauces tomará al día siguiente. La vida se convierte, per se, en una inquietante sorpresa, y a mí me encantan las sorpresas.
Entonces, todos los que nos vemos naufragando en un océano infinito de posibilidades que se escapan de nuestras manos, ¿somos víctimas o agraciados? La respuesta es bien sencilla: Depende del día.
Feliz día a todos, y si hoy no resulta ser un día muy feliz para ti, no importa, no pasa nada, sólo tienes que esperar a ver qué tal mañana. No siempre va a salir rojo, o siempre negro en la ruleta. Es una cuestión de probabilidad.