Muchos son los que desean un cambio para bien en sus vidas pero, al tratarse de personas indecisas y demasiado dispersas, incapaces de seguir un método o una disciplina concretos hasta el final, caen fácilmente en la confusión y acaban por mezclar diferentes prácticas sin medir bien sus actos. Prácticas que pueden diferir mucho las unas de las otras o entrar abiertamente en conflicto con el modo de vivir de uno, sin que el individuo se dé cuenta de ello por haberse informado de manera demasiado superficial o no haber aceptado la guía de alguien experimentado o experto en el tema.
Es importante entender que una filosofía, una práctica religiosa o espiritual, una senda de conocimiento tradicional o moderno, un sistema de autoayuda, etc. no son buenos o malos por si mismos. Lo que les da validez o no es la forma en que una persona los asume cómo validos en su vida, siempre que le sirvan para conseguir sus fines; eso sí, siempre y ante todo respetando y ayudando a los demás, siendo coherente con uno mismo.
Es importante entender que una filosofía, una práctica religiosa o espiritual, una senda de conocimiento tradicional o moderno, un sistema de autoayuda, etc. no son buenos o malos por si mismos. Lo que les da validez o no es la forma en que una persona los asume cómo validos en su vida, siempre que le sirvan para conseguir sus fines; eso sí, siempre y ante todo respetando y ayudando a los demás, siendo coherente con uno mismo.
Fuente: Jordi Milian – Coaching