(Cambiar hábitos y tendencias en el proceso de psicoterapia)
El proceso de psicoterapia o de crecimiento personal, en uno de sus momentos, se parece a una cura de desintoxicación. Decimos “me estoy quitando de fumar”, o “estoy dejando la cafeína”. Durante la terapia dejamos hábitos que no son sanos para nosotros, y no nos paramos ahí: los sustituimos por hábitos que sí lo son. Cambiamos unos hábitos por otros, conscientemente.
Instalar nuevos hábitos requiere práctica. Y es preciso que quien viene a terapia desee hacerlo. También requiere tiempo, y determinación por parte de quien desea este cambio. (Aquí es cuando mucha gente me dice: Cristina, “es que esto es muy difícil”).
Descubrimos en este punto de la terapia que el trabajo no lo va a hacer la psicóloga por mí, sino que lo he de hacer yo, con ayuda de ella. «¡Aagh!» (Algunas personas aquí abandonan la terapia).
Es difícil, es cierto. Difícil cuando uno sale de sesión acordarse de practicar afuera, de ser consciente de si mismo fuera también. Es difícil mantener la conciencia de uno mismo, para pillarse cayendo de nuevo en el viejo hábito, y así poder pararlo cada vez con más facilidad. Cuestión de práctica.
Es difícil también mantener la práctica durante un tiempo, hasta que uno nota que ya hay un cambio estable en él/ella.
Pero difícil no significa imposible, ni significa “indescifrable”, ni significa “complicadísimo, sólo para unos pocos elegidos»
Significa: “Esto lleva tiempo, y dedicación. Es, simplemente, trabajo»
Fuente: Gestalt y Vida