Descubre como te sientes en los momentos de euforia, de felicidad, de paz, dónde todo se encuentra en armonía, incluso cuando existen y permanecen los avatares de la vida. Es una sensación de Fuerza, de puedo con todo y a eso le llamamos nuestra fuerza vital.
Nuestra fuerza vital es la clave de nuestra supervivencia, sin ella dejamos de existir.
Nuestra fuerza vital es la guardiana de nuestra mente, cuerpo y alma. Cuando nos hacemos esta pregunta conseguimos la ayuda necesaria para saber si la decisión que estamos tomando, refuerza nuestra fuerza vital y propicia que nuestra llama interior siga ardiendo con fuerza, o por el contrario nos la roba y se va apagando lentamente.
Tenemos la capacidad de elegir y cada acción alimenta o apaga nuestra fuerza vital. Cada día nos enfrentamos a múltiples opciones, decidimos que queremos comer, cuanto queremos descansar, cuanto ejercicio queremos hacer y a que ritmo hacemos nuestras actividades cotidianas.
Y cada vez que elegimos potenciamos o disminuimos nuestra fuerza, nuestra energía.
Cuando vivimos en el pasado consumimos energía, revivir mentalmente situaciones, acontecimientos y circunstancias sobre las que no tenemos ningún poder para cambiarlas reduce nuestra capacidad de estar en el aquí y ahora.
Cada vez que pensamos en lo que nuestros padres no fueron capaces de darnos, en el modo en el que nos trato nuestro ex o en la traición de nuestro mejor compañero, nos proyectamos al pasado, a la tierra sin retorno y perdemos energía vital.
Malgastarla es una opción, aferrarnos a nuestros resentimientos o perdonar al que nos ha decepcionado también lo es.
El resentimiento nos roba nuestra fuerza y puede que sea el mayor asesino del espíritu humano de nuestros días.
En nuestras manos está el abandonar el pasado, seguir adelante y reclamar nuestra energía ahora.
Hazte esta pregunta para captar toda la energía en cada momento, rétate a visualizar todas las elecciones disponibles y si éstas te dan o no energía. Busca la fuerza que te ayude a cumplir con tus obligaciones diarias y a perseguir tus sueños.
Y sigue decidiendo…
Fuente: Coaching Politico