UNA CLAVE DE ÉXITO QUE NO TODO EL MUNDO PRACTICA, Y MIS APRENDIZAJES MILLONARIOS CON EKER EN BARCELONA

La semana pasada viví de nuevo el seminario para la mente millonaria en Barcelona. ¡Un auténtico espectáculo, y toda una experiencia de aprendizaje sobre mi mismo y sobre las presonas. La diferencia con respecto al anterior que hice en Londres es que ahora:

– No me pillaba de sorpresa; a priori sabía de qué iba el curso
– Ya había tenido oportunidad de poner en práctica lo aprendido, con resultados espectaculares
– Mas de 400 personas asistían al seminario directa o indirectamente por mi “culpa”
Y una vez más, el resultado del mismo, desde mi experiencia, ha sido extraordinario. Posiblemente hayas tenido la sensación alguna vez de leer un libro en una época de tu vida, y después volver a leerlo en otra; y el libro, siendo el mismo, parecía distinto. Pues en el seminario de Eker me ha sucedido igual. No he parado de aprender cosas nuevas del viernes al domingo, no solo del programa para mi vida, sino del formador, de su manera de trabajar, de la organización, y mucho, mucho, sobre la gente que asistía al mismo
Impresionante el como muchisimas personas han vuelto dadas la vuelta, incluso muchas muy escépticas; impresionante la organización; la manera de llevar la energía de la sala; la participación, la gestión emocional, el trabajo con creencias, las sorpresas, el impacto… Para mi, una auténtica experiencia vital.
Y que decir de Eker: mucha gente ha hecho la misma observación. Es un auténtico maestro de la enseñanza, congruente, valiente, y un profesional que ha cuidado hasta el 1000% de cada detalle. Era impresionante ver como jugaba con la emoción de 1300 personas, llevándonos arriba, abajo, y el manejo de la energía y de los tempos de la sala. Me reitero que esto es la primera división del mundo de la formación, un mundo que no conoce fronteras, porque en casi todos los sitios, casi todos los humanos tenemos unas necesidades muy parecidas.
Por otra parte, creo que una de las claves de mi éxito, y de que me vaya bien, es que continuamente me estoy reciclando y aprendiendo cosas nuevas. Pero claro, para dejar sitio a esas cosas nuevas, hay que quitar algunas cosas viejas. En otras palabras, ese inefable, indispensable y difícil “desaprender” al que estamos abocados los adultos, nos guste o no, si queremos convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.
Algunos de mis aprendizajes:
– Cuando crees que tienes un tema trabajado, si los resultados pueden mejorar, es que no está suficientemente trabajado. He vuelto a descubrir varias creencias sobre el dinero en mi que necesitaban un “repaso”
– Hay que creer al 1000% en lo que haces. Para ello, Eker es un modelo a seguir. Eso te da valor para hacer lo que hay que hacer, que es lo que evitamos casi todo el tiempo
– La disciplina en este campo, como en otros, es fundamental. Nadie dijo que fuera fácil, pero Eker insiste que este esfuerzo, es solo al comienzo, para que luego tengamos una vida fácil largos años. Por eso compensa hacer el sacrificio necesario. (el tema de las jarras, es fundamental)
– “La manera en que haces algo, es la manera en que haces todo”. Sin más comentarios.
– Es muy complicado tener libertad financiera trabajando para otros. Incluso si es así, puedes y debes generar fuentes de ingresos pasivos, que son los que te darán dicha libertad
– El tener la información, estar educados y entrenados en algo, nos da una ventaja que lo cambia todo, con respecto a los que no la tienen
– Por eso, hay que invertir en tu propia educación y entrenamiento en los temas que quieres avanzar. Esta inversión es estratégica en tu vida
– Hay que modelar a los que ya lo han conseguido, en este caso, a la gente con dinero. ¿cómo lo han hecho? y por supuesto, hay mucha gente que lo ha conseguido honrada y honestamente
– El dinero está ligado a un “para qué”. Por si mismo no tiene sentido. Por eso hay que vincularlo a nuestra misión, a nuestro propósito.
– Definición de libertad financiera: poder vivir con la calidad y estilo de vida que deseas, sin limites, sin necesidad de trabajar si tú no quieres, y sin necesidad de apoyarte o pedir ayuda a otros
– Hay que pagarse a uno mismo primero
– Ahorrar está bien, pero ¿Y si gano siempre más de lo que gasto? ¿y si aumento mi facturación?
– Nuestras decisiones nos han llevado a donde estamos hoy. Y hay que ayudar a las personas a que tomen otras decisiones, para que lleguen a donde realmente quieren llegar
– Me he dado cuenta de la increíble profesionalidad de Eker, su magnífica planificación, su dominio del escenario, como construye sus mensajes, su intención de incluir a todos los asistentes, su milimetrada pedagogía…. No quiero ni imaginar los centenares de horas de entrenamiento el llegar a ser este ejemplo de excelencia.
– He aprendido que España está donde está, y va seguir en ese sitio, hasta que cambie la mentalidad, y asumamos individualmente, de entrada, nuestras responsabilidades. En otras palabras, que seamos proactivos, estemos más dispuestos a arriesgar, y a buscarnos la vida, y no que otros tengan que resolverla. Pasar del victimismo a la acción responsable es fundamental. Y ese mensaje que trae Eker, hoy es indispensable en nuestro país, donde el 70% de los universitarios siguen aspirando a ser funcionarios, y donde la mayoría de la población aspira a que Papá Estado nos saque las castañas del fuego. ¡qué gran soplo de aire fresco, y que ejemplo de congruencia!
– Y que pese a venir a priori a un país donde se juzga algo rápidamente como americanada (sin haberlo vivido antes, además), y donde a priori lo tenía muy difícil, al final más de 1000 personas nos hemos integrado en esta experiencia poderosísima, hemos compartido, reido, llorado, bailado, nos hemos emocionado, hemos aprendido, nos hemos dado cuenta, hemos interiorizado, hemos comprado, y hemo disfrutado, mientras cambiábamos por dentro. Las personas somos básicamente lo mismo, doquiera vayas.
– Como experiencia personal, puedo comentar que el llevar a tantas personas me ha supuesto una presión mayor de la que esperaba. Al fin y al cabo, colmar las expectativas de 400 personas es imposible. Pero pese a todo, lo busco. Porque las personas han confiado en mi criterio, aunque siempre insisto en que es mi experiencia lo que transmito. Y es muy complicado contentar a todos. De este fin de semana, salgo con un par de ideas más claros:
– Voy a seguir recomendando aquello que para mi haya supuesto algo importante, porque no me perdonaría no hacerlo, a riesgo de que ser juzgado y condenado después. La clave estará en mi “desde donde”. Si este “desde donde” es honesto, lo haré.
– Y por otra parte, que cuando vas subiendo en el escalafón y vas llegando a más y mas gente, hay que estar dispuesto a ser señalado, enjuiciado, y denostado a veces, y seguir adelante pese a todo, haciendo lo que uno debe. Porque el mundo está lleno de críticos, pero también de estatuas de los criticados. Y el salir a los medios, la exposición pública, implica valor, y mucho, mucho compromiso. Estoy dispuesto a asumirlo y seguir avanzando, pese a lo que se diga sobre mi, pese a la conveniencia, a la prudencia, al conformismo, y a los otros
– Y por último ( pararé un poco porque estaría dos días escribiendo), he re-descubierto el miedo, el pánico incluso, que tiene la mayoría de la gente a la venta. Me parece que ese miedo se ciñe sobre todo “a que nos vendan”, en vez de asumir que finalmente soy yo el que compro algo que me interesa, es un reflejo completamente reactivo, que pone la responsabilidad de lo que ocurra en el vendedor. Pero la decisión final de comprar, no lo olvidemos, es de uno mismo. ¿ Y si lo que me venden vale su peso en oro? ¿Y si me hace falta?
Además, si me da miedo que me vendan algo, también me dará miedo vender algo, ¿no? Son las dos caras de la misma moneda. No es de extrañar que en el mundo de la formación y del coaching, el 95% de los profesionales no tengan ( ni van a tener) los ingresos necesarios para vivir con la calidad de vida a la que aspiran; una pena, la verdad. De hecho, este seminario ha puesto de relieve quien va a seguir como estaba, en la penuria o escasez, y quien tiene oportunidad de alcanzar cosas mejores

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¿Y CUAL ES ESA ESTRATEGIA DE ÉXITO QUE ME FUNCIONA EXTRAORDINARIAMENTE?
Hace años tomé una decisión que me ha sido de extrema utilidad cuando voy a un curso, seminario o conferencia de mi interés: no juzgar. Pero no juzgar nada, literalmente. Impedir que mis juicios y opiniones interfieran en mi aprendizaje. O lo que es lo mismo: tener mente de aprendiz, de niño, que mira embelesado lo que está ocurriendo, con una curiosidad total.
Ni que decir tiene que me ha sido un reto muy difícil, pero que a base de entrenamiento, voy consiguiendo con muy buenos resultados. ¿Cuál es la clave? El impedir que surja el ego, la necesidad de defenderme, de justificarme, de diferenciarme, para que mi identidad parezca que tiene más valor.
Por otro lado, desde mi punto vista, sí estoy dispuesto a juzgar, siempre y cuando los temas de un curso toquen valores rectores que no son negociables para mí (que suelen ser muy pocos, por cierto, porque los valores rectores también lo son). Pero La mayoría de las veces confundimos a estos con reacciones egoicas en defensa de nuestro terruño. El miedo a lo distinto está presente, y también ese reflejo en el otro de algo que no queremos ver en nosotros.
Pues imagínate con el tema del dinero, en una sociedad donde lo tenemos estigmatizado por educación y cultura. En el curso de Eker he percibido reacciones de todo tipo, aunque las mayoritarias han sido de agradecimiento, y en muchos casos, aderezadas por la frase: “me ha cambiado la vida”. También han existido quejas, sobre todo porque Eker ha tenido “la osadía”, o “la falta de escrúpulos” de vender en dicho seminario otros de sus cursos. La palabra maldita: Venta. Dicho de otra manera: ofrecer claramente a otros cosas que posiblemente necesiten, algunas con urgencia, y además, ponerlas en valor, o lo que es lo mismo: tasarlas con un precio. Básicamente, lo que nos falta a casi todos los profesionales de nuestro sector.
Estos hechos me suscitan una serie de preguntas:
¿a qué voy a un seminario? Pues a aprender, en mi caso. Y la siguiente cuestión que me planteo es: ¿me ha compensado ir a este seminario de Elker, incluido la docencia en sí, además la venta? Muchísimo. Incluso en el caso de que la venta no me interesara, la balanza se volcaría abrumadoramente en cuanto a que me ha compensado estar por todo lo que me he llevado.
El asunto se circunscribe a otro interrogante: ¿en donde estoy poniendo el foco, mi atención, a la hora de llevarme cosas útiles de esta experiencia? Yo lo pongo en lo que me traigo, no en lo que no me ha gustado. De hecho, me fijo tan poco en lo que no me ha gustado, que cuando me piden opinión sobre un curso que acabe de hacer, me cuesta un mundo poder criticar algo que me haya sido importante
¿tiene derecho a vender sus cursos allí? Pues me parece que sí, porque a nadie le han dicho que Eker no vaya a hacerlo. El problema es que en España tenemos tan poca costumbre de vender lo nuestro, y menos en nuestras acciones formativas, sobre todo en el ámbito de la formación y el coaching, que nos parece atroz que pueda hacerlo él. ¿Por qué? Por nuestras creencias y limitaciones con respecto a este tema, como ya he comentado antes. Frases frecuentes que se escuchan: “ya está con la teletienda”; “ya vuelve a vender”; “otro curso más”; etc, etc. Pues bien: mientras otros decían eso en el curso, yo me preguntaba:
– ¿Esto que va a ofrecer me es necesario?
– Y después de escuchar su propuesta: ¿puedo permitírmelo? ¿me compensa el esfuerzo?
– y por último: ¿Cómo lo hace para ser un maestro en ello? ¿qué pasos sigue? ¿Cómo capta el interés?
Porque si nuestra vara de medir la vida que vivimos son los resultados que obtenemos en ella, en ventas Eker es el número 1. ¿Voy a tener que vender yo en la vida? ¡Todo el tiempo, a todas horas, ya que venderme es sencillamente ponerme en valor, persuadir, llegar a acuerdos…. Eso es la auténtica venta. ¡Así que me encanta tener al número 1 mundial en dicho arte delante de mi, mostrándome como se hace! Pero, ¿qué mayor acto de congruencia le podemos pedir a alguien que viene a enseñarnos a ser millonarios, el que delante de nosotros nos explique en vivo y en directo, con una experiencia real, como lo ha hecho?
Por eso, me planteo: ¿Cuándo estaría yo disculpado de hacerle caso, y por lo tanto opinar y enjuiciarle? Cuando ya he conseguido los resultados que quiero. Entonces, me puedo permitir el lujo de criticar, contradecirle, etc, etc. Esas cosas que hacemos tan bien los adultos, y que nos cierran tantas puertas. Esto lo encuentro frecuentemente en las admoniciones que nos dedican otras personas, muchas veces en forma de consejos, sobre como debemos vivir la vida. ¿Y sabes algo? Solo hago caso a aquellos que ya viven una vida mágnífica ( y que por supuesto, son escasísimos)
Más preguntas habituales que me planteo para llevarme aprendizajes:
– ¿estoy obteniendo ya los resultados que deseo con mi actividad? Y ATENCIÓN: por aquí aparece un terrible y nefasto enemigo para dicho aprendizaje:
la frase “eso ya lo sé”, o similares.
¿qué más dará si lo sé? ¿Acaso el saberlo garantiza los resultados? Me parece que no. Se trata más bien de poner en práctica lo que otros nos cuentan que funciona, hasta que a nosotros nos funcione. Y si eso no ha sucedido, en mi vida de aprendedor está olvidado completamente el “eso ya lo sé”. Posiblemente esta pequeña gran cosa me haya dado una gran ventaja a la hora de llevarme conocimientos y experiencias que otros se dejan en el camino. Y esa ventaja se plasma en resultados en la vida cotidiana después. Y si tengo que repetir algo veces y veces, hasta que se instale en mi definitivamente, y los resultados lo avalen, pues lo repito.
Por eso, en este mi 2º curso de mente millonaria, he aprendido tanto como en el primero. Y puedo decir que solo estábamos 4 personas como asistentes en la sala que ya habíamos hecho el seminario anteriormente. Fíjate si podíamos decir “ya lo sé”. Y curiosamente, al hablar con dichas personas (grandes aprendedoras, por supuesto), todas se han llevado, una vez más, un bagaje estupendo de la experiencia.
Y volveré a ir, por supuesto, si veo y percibo que me es necesario para trabajar algunos temas. ¿Cómo voy a saber eso? Sencillamente, mirando mis resultados.
Lo paradójico, es que veníamos a un curso sobre dinero, y algo que ha generado muchas resistencias, ha sido precisamente la venta. Curiosamente, la venta se diferencia del regalo, porque incluye el dinero. Qué cosas…. Y hemos venido a trabajar y cambiar nuestro patrón sobre el mismo, y a las primeras de cambio, estas creencias se interponen entre mi y el aprendizaje. En un curso sobre dinero…. ¿qué esperábamos? ¿Cuál era la expectativa? Porque la expectativa es un asunto de cada uno. Y el reubicarse teniendo en cuenta lo que está pasando y no esperaba, forma parte de los grandes aprendedores ( a los que les suele ir muy bien, por cierto, muchas veces. Por supuesto, para mi aprender significa interiorizar y poner en práctica).
Y Eker tiene derecho a ofrecer en su seminario lo que considera bueno para los que vamos. ¿Qué gana dinero con ello? Eso es lo que no aguantamos por aquí. En vez de mirar el beneficio que nos llevamos nosotros, miramos el beneficio que se lleva él. Y desde mi punto de vista, se lleva un gran resultado económico, pero amparado en que hace lo que cree que deber hacer, y desde su sentido de propósito. Aquí es donde toma forma su frase “hacerse rico haciendo lo que a uno le gusta”.
Si los cursos que ha vendido hubieran sido gratuitos ¿Cuánta gente se hubiera quedado en la sala a ver si les venía bien o no? seguro que mucha que dejó de prestar atención o se fue. Así que el único tema finalmente, es que él pone en valor lo que ofrece, y lo tasa con un precio, y lo ofrece lo más atractivo posible para que tomemos la decisión de hacerlo, porque él cree fervientemente que es bueno para nosotros; es más: que es indispensable ( y además, gana dinero. Esto es lo que no le entra en la cabeza a muchas personas: ser de utilidad y que te paguen por ello)
Y ahora vien lo que para mi es un tema fundamental, para llegar a nuestros objetivos en muchos casos vitales:
¿Cuántos de nosotros estaríamos en disposición de afirmar tajantemente, ante 1300 personas, que lo que hacemos les va a cambiar la vida “sí o sí”?
¿En verdad pensamos esto de nuestros cursos o de nuestro coaching? ¿Y si resulta que no creemos tanto como deberíamos en lo que hacemos (a lo mejor con razón), y por lo tanto no seríamos capaces de hacer y decir lo que hace y dice él, con esa convicción? Este es uno de mis aprendizajes fundamentales de ese fin de semana en Barcelona:
Que T. Harv Eker cree tanto en lo que hace, y en el bien que genera a otros, que no teme expresarlo, compartirlo, y por supuesto, venderlo. Y encima, tengo la experiencia de que es verdad, tanto por haber hecho el seminario “ mente millonaria”, y después el “Train the trainer”. Y ambos, doy fe, me han cambiado la vida y mis resultados. De entrada, yo soy una prueba de que funcionan. ¿Y si le estoy echando en cara algo de lo que carezco yo, y por lo tanto, estoy reflejando en él un problema mío?
Cuando observé esto, me hice una pregunta a mi mismo, con cierto temor:
¿puedo decir con convencimiento interior a la gente que se apunta a mis cursos, formaciones, y procesos de mentoring y coaching, que les va a cambiar la vida?
Y descubrí, para mi tranquilidad, que sí. Que yo también puedo decirlo. Y también me di cuenta que para poder decir esto, hay que aunar muchísimo el creer en ti mismo (si no creo yo, ¿Quién lo va a hacer?) con el sentido de propósito y bien común, con una metolodogía trabajada, con entusiasmo, pasión, perserverancia, y el derecho legítimo a una gran calidad de vida para mi y para mi familia.
Me parece que para aquellos entrenados en el noble arte de observarse a uno mismo, el seminario no tuvo desperdicio, porque nos confrontó con múltiples creencias, juicios, limitaciones, agazapadas en cada coma, en cada silencio, en cada precio…. Y lo mejor es que se nos dieron herramientas y estrategias para cambiar eso. Pero cambiarlo, además, ¡allí!
Creo que Eker ha traido a España aire fresco, una mentalidad mucho más proactiva, que es la necesaria para salir adelante hoy, como sociedad. Me parece un ejemplo de lo que se puede conseguir cuando uno está dispuesto a hacer lo que sea necesario, siendo fiel a uno mismo; y también de que hay que seguir la filosofía de los resultados que además estén alineados con uno, de que los límites nos los ponemos nosotros, de que se puede, de que hay que forjar una vida que merezca la pena ser vivida, en lo espiritual pero también en lo material y que solo nos falta saber “como”, y querer de verdad, con compromiso. Y ese “cómo hacerlo” es lo que nos ha regalado Eker. Pero el“querer” es ya una decisión personal. Y tú, ¿qué decides?

  • Pd: es posible que vuelva a España al año que viene. Si quieres que te tenga al tanto, mándame un mail a jpgarcia@vivirdelcoaching.com y te informaré en el momento que me entere
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