He vuelto al sitio donde comencé a vivir esta profesión como algo interior, como un cambio personal que impregna las actividades que uno va haciendo en la vida y por eso cuando vuelvo a “caer” en el Colegio de las Esclavas, vuelvo al sitio que me vio nacer por segunda vez,… mi casa interior.
A pesar de volver, sin embargo nada es igual, todo fluye y ninguno de los que nos conocemos ya somos los mismos y además se incorporan nuevas gentes, con nuevas visiones, con nuevas misiones, con nuevas competencias y nuevas inteligencias y competencias emocionales.
Como siempre una gozada, un entorno de libertad, de ayuda, de apoyo, de aprendizaje y de cariño difícilmente reproducible en otros ámbitos incluso formativos y un nivel de empatías, energías, feedbacks, empoderamientos, escuchas sublimes… casi mágicos en el transcurso del proceso de formación y las relaciones establecidas durante la misma.
Pero ojo, que nadie interprete esto como ñoñería, laxitud en el aprendizaje o banalidad en los contenidos, se acumula cansancio porque hay que aprender, ensayamos, nos miramos, corregimos, seguimos adelante, nuevos conceptos, a practicarlos, esto… mejorable, aquí… vamos muy bien, pasamos al siguiente punto,…. Tres días intensos de sabiduría recibida y práctica enriquecedora.
Viene muy bien volver a casa por lo olvidado que vuelves a vivir, por lo que se te escapó que ahora ves, por lo que traes y que ahora comprendes y por las nuevas almas que encuentras y que te enseñan más y te crean nuevas certezas y dudas que te llevas para seguir avanzando.
Muchas gracias por abrir la puerta de vuestra casa que ya también es la mía, nunca sabréis realmente lo importante que puede llegar a ser vuestro abrazo.
Por eso gracias Mirari y Nerea (CoachingAldaketa), gracias Ane, Gloria, Mariola, Yolanda, muchas gracias.
Fuente: COACHING PRÁCTICO