«El perdón es la fragancia que la violeta deja en el talón que lo ha pisado»
Mark Twain
Si quieres, investiga, revisa qué lugar das al perdón en tu vida.
Observa si perdonas, si no estás perdonando a alguien, o algo…
Si crees que deberían pedirte perdón a ti. Y date cuenta de cómo te hace sentir el hecho de no perdonar, el de pensar que se te debe una disculpa, o cómo te sientes cuando no te perdonas a ti mismo algo.
Perdonar me permite seguir adelante, dejar de poner a otras personas o circunstancias como excusa de mi bloqueo, de mi falta de caminar. En algún momento habrá que seguir adelante…
Dicen algunos: El perdón da tanto o más a quien perdona que a quien lo recibe.
Y tú, que lees esto…¿Perdonas, o te compadeces?
¿quieres probar qué sucede si haces lo primero, y dejas de hacer lo segundo?
…yo sí.
Cada quien que escoja su ritmo y su momento.
🙂
Fuente: Gestalt y Vida