
La historia que narra El bazar la remedó Nora Ephron a finales de los 90 en su “Tienes un e-mail”, versión que, por más moderna, yo conocía mejor que la de Lubitsch. Por ello, me di cuenta sobre la marcha de que, en los casi 60 años transcurridos entre una y otra película, se ha perdido algo muy importante: la razón de ser del desdén verbal y físico al que Margaret Sullavan sometía a James Stewart en la primera cinta.
En la segunda versión, Ephron justifica el malestar que sentía Meg