Hoy, durante una de las sesiones, me han vuelto a preguntar en qué corriente de psicoterapia me inscribo. Siempre me ha incomodado esta pregunta por no tener una respuesta clara, sólo sé que no soy psicoanalista, me siento más próximo a muchas corrientes, sobre todo al constructivismo y la terapia familiar sistémica, pero antes de contestar mis neuronas han activado una historia que escuché en una clase de Lluis Botella y que me han ayudado a definirme.
Dicen que un grupo de psicoterapeutas australianos hizo una investigación con aborigenes de aquel continente, para estudiar sus costumbres y sacar conclusiones innovadoras que pudiesen ser útiles en sus investigaciones. Cuando hablaban con uno de los sabios de la tribu este les preguntó a qué se dedicaban ellos, y cuando dijeron orgullosos «psicoterapeutas», el traductor les informó que no había ninguna palabra que describiese esta profesión. Entonces optaron por explicar qué es lo que hacían, y los sabios escucharon atentamente, asintiendo y comentando entre ellos.
Al acabar la explicación, los psicoterapeutas escucharon con sorpresa la respuesta de los sabios:
– Ustedes son tejedores de historias.
Fuente: Centro de Terapia Cognitiva