Mediadores, Facilitadores, Conciliadores….
Realmente, hay muchas personas trabajando para intentar hacernos la vida más fácil. Para que cuando no podemos llegar a un acuerdo, por nosotros mismos, nos guíen hacia el entendimiento.
Seguramente, cuando no estamos «enrocados» en la postura de «tener la razón» somos personas razonables, con las que se puede dialogar.
¿Pero que ocurre cuando nos separamos de nuestra pareja?
De pronto, ese hombre, o esa mujer a la que un día decidimos unir nuestra vida, ha dejado de ser la princesa o el príncipe azul, para pasar a ser un maldito otro que escupe veneno. (y que conste que en muchos casos, los dos sufren esa transformación)
En lugar de comprender, que si tenemos hijos en común con esa persona, vamos a tener que vernos la cara en las comuniones, en los cumpleaños, los fines de semanas, cuando haya reunión o fiesta de colegio, en el partido de su equipo de balón mano, o cuando vaya a dar un concierto…. en lugar de tomar la decisión de facilitar las cosas, de buscar comprender al otro, nos convertimos en DIFICULTADOR.
Si, ponemos dificultades para todo. Dificultades para elegir que fin de semana se quedará cada uno con los niños, dificultades para ver en qué mes se tomarán vacaciones con uno y con otro, dificultades para decidir si la navidad la pasan con uno y año nuevo con el otro o viceversa. Dificultades a la hora de quien le compra la ropa, dificultades a la hora de quien le lava la ropa que trae de la casa del otro, dificultades, dificultades, dificultades.
Si entre los dos, no hemos sido capaces de mantener a flote nuestra relación, llegará un momento en que tendremos que aceptarlo. Responsabilizarnos de nuestra parte y no buscar culpas en nuestra ex pareja.
Si no ha podido ser, seguro que ambos tiene responsabilidad al 50%. Uno por no hablar, y el otro por no preguntar. Uno por no escuchar y el otro por no querer oir. Entrar en guerra, uan vez que ya hemos decidido separar nuestras vidas, no tiene ningún sentido, como tampoco lo tenía cuando estaban unidos. Faltaría más!
Por eso, la próxima vez que quieras imponerle algo a tu ex, o que quieras castigarle con alguna decisión tuya, piensa….. si quieres ser un Dificultador y vivir amargado, o quizás necesitan, ambos, recurrir a la mediación familiar para dejar esa guerra donde nadie gana y lo único que hay son daños colaterales.
Fuente: Coaching Para Protagonistas