· Se desconoce quién es realmente nuestro cliente.
· Se intenta fidelizar a clientes insatisfechos.
· El personal de nuestra organización “no cree” en la estrategia de fidelización definida por la dirección de la empresa.
· No hay un análisis de la gestión con el cliente, se sabe lo que nos compran pero no se sabe por qué nos compra.
· No se hace una correcta segmentación del mercado, intentando fidelizar a todo el mundo con el mismo plan.
· Incorrecto análisis del retorno de la inversión del plan, lo que produce que se abandone antes de empezar a dar resultados.
Fuente: La Estrategia Para Triunfar