Desde luego es increíble cómo cambia la vida, cuando menos te lo esperas, sorprendiéndote a cada paso. Hay veces que las cosas van tan bien, que te asustas tú misma, de ver cómo se va imponiendo la lógica aplastante en cada circunstancia, y los retos te van haciendo más fuerte para el día de mañana, que no creo que llegue nunca a ser tan duro como fue el día de ayer.
El viernes fue un gran día, pues me atreví a dar un salto enorme que no había dado nunca. Y era un salto difícil. Si fallaba caería al precipicio del desprecio o el vacío, sin embargo yo, cogí aliento e impulso y salté, tan segura de mí misma como siempre había querido ser. Y lo conseguí, fue un salto fugaz y limpio que mereció el aplauso unánime del público que lo presenció. Ahora sé que soy capaz de saltar y estaré preparada para dar el salto en cualquier momento, pues ya no tengo dudas, ya no hay miedos, ya sé que soy plenamente capaz de hacerlo. Gracias a todos los que estuvísteis para verme lanzar al vacío, gracias por estar siempre ahí, por si hubiera que recoger mis pedazos del suelo del olvido.
Hoy me he sorprendido al abrir el blog y ver que hemos llegado a superar las 10.000 visitas. Es un gran acontecimiento, Todavía me acuerdo del día que, tímida, escribía mis primeras palabras en este diario de penas y nostalgias, con pleno convencimiento de que a nadie le podía interesar las tonterías que en él dijera. También es verdad que me he autocensurado algunos razonamientos que, aunque sigo pensando, creo que son demasiados radicales para este mundo en el que vivimos, y sobre todo para esta seudodemocracia que sufrimos. No obstante, cuando consiga ser más y más fuerte, sacaré pecho para expresarlo, porque sé que muchos de los que me leéis a diario pensais igual, y, de vez en cuando, en este mundo que se hace un poco el loco de todo acontecer cotidiano, mola que de vez en cuando se diga, para que no piensen los altos cargos que el pueblo es tonto.
De momento, y mientras consigo hacer pie en tierra firme, seguimos quemando madera en una hoguera que parecía extinguirse y poco va poco va cogiendo alimento, para poder crear un gran incendio intelectual que arrase de una vez con la ignorancia generalizada que se está comiendo España.
Somos muchos. Somos fuertes y somos buenos.