Una vez elaborado el objetivo, da un paso al frente dentro de “O” y cerrando los ojos, dilo en voz alta respirando, unas 3 veces, viviendo tu objetivo logrado y dándote cuenta en qué parte de su cuerpo se encuentra esta sensación de tranquilidad.
Ahora colócate delante de “R” que son los recursos y define cuáles de ellos necesitas para alcanzar tu objetivo. Los recursos son los que te impulsan a lograr lo que te propones. Estos pueden ser: flexibilidad, tolerancia, confianza, paciencia, fe, amor, disciplina, organización, decisión, tranquilidad, seguridad, valor, etc. Ya que hayas escogido uno o más recursos que creas necesitar, da un paso al frente y se entra en el espacio R. Aquí vas a recordar un momento en tu vida en que hayas tenido este recurso o recursos. Igualmente evoca este momento viendo, escuchando la dinámica que se está dando y sintiendo el recurso o recursos dentro de tu mente, con una respiración profunda. Ya que lo hayas experimentando y tocándote la parte del cuerpo donde la sensación es más intensa, pasa al espacio de “O” y vuelve a repetir tu objetivo junto a la respiración, unas 2 veces, con los ojos cerrados. Sal de este espacio.
Te colocas enfrente de “E” y todavía tocando esta parte de tu cuerpo donde se encuentran las sensaciones positivas, piensa en los efectos que tendría para ti y para los que te rodean el que lograras tu objetivo. Otra vez, al tener los efectos identificados entra al espacio “E” y vive estos efectos respirando profundamente. Este espacio es muy importante pues aquí se encuentra la razón, el porque y para qué quieres lograr el objetivo. Aquí se le da un sentido.
Sal y teniendo todas estas sensaciones en tu cuerpo entra el síntoma para revisar los cambios que seguramente se han dado.
La forma de que tu objetivo se convierta en una programación es repetir continuamente lo que se vivió en “O”, “R” y “E” cada vez que te acuerdes y sobretodo en el momento que sientas que el síntoma está por manifestarse.
Esta técnica es altamente efectiva, en un inicio es difícil con los síntomas y la visualización, pero respirar profundamente y revivir las experiencias te ayudaran.
En esta imagen se demuestra la fuerza del «piloto automático» del cerebro. Estamos tan acostumbrados a decodificar un rostro al hacerlo permanentemente que cuando algo no corresponde, el cerebro nos obliga a tratar de armarlo como corresponde. Traten de mirar esto SIN marearse.
El Cerebro no nos Permite ver Esto