Hace muchos muchĂsimos años, dos monjes caminaban por un esplĂ©ndido bosque, cuando tras unos minutos de silencio, uno de ellos exclamĂł:- ¡QuĂ© bello el verde de estos árboles!
– El otro se lo queda mirando y le dice ÂżY quĂ© sucederĂa si no tuvieses ojos?
– El primer monje vuelve a exclamar ¡QuĂ© dulce el aroma de estas flores!
– Molesto el otro monje continĂşa su debate ÂżY quĂ© sucederĂa si no tuvieses olfato?
– Con gran paciencia el primer monje responde ¡Y quĂ© exquisito el canto de los pájaros!
– Ya muy disgustado el otro monje le grita, al ver que no recibe la respuesta que desea obtener ÂżY quĂ© sucederĂa si no tuvieses ninguno de tus sentidos, eh?
– Con un tono dulce el primer monje lo mira y le dice muy serenamente: entonces, no habrĂa mucho porquĂ© preocuparse, ¡estarĂa bien muerto!
Un abrazo. Mari Cruz
Fuente: Cruz Coaching