– Las parábolas de Jesús tienen un fundamento histórico sólido; son un fragmento de la roca primitiva de la tradición.
– Se admite generalmente que las imágenes se graban en la memoria más fijamente que los temas abstractos y, en relación a las parábolas de Jesús, conviene añadir que reflejan fielmente y con claridad especial su Buena Nueva, el carácter escatológico de su predicación, la seridad de su llamada a la penitencia, su oposición al fariseísmo.
– Tras el texto griego, se deja entrever la lengua materna de Jesús y las imágenes de la vida palestina.
– Las parábolas de Jesús son algo enteramente nuevo. Hay que preguntarse seriamente si el modelo de Jesús (junto a otros influjos, por ejemplo, las fábulas griegas de animales) no ha tomado parte decisiva en el origen del género literario de las parábolas rabínicas.
– Jesús habla con sencillez y claridad únicas, una peculiaridad personal, una maestría desconocida en la construcción. Debemos concluis que se trata de una fiel cuando leemos las parábolas, estamos en la proximidad inmediata de Jesús.
– Aunque las parábolas sean sencillas y claras que hasta un niño las puede comprender; sin embargo, presentan un problema difícil: el descubrimiento de su sentido original.
– Un error ocurrido en los primeros decenios después de la muerte de Jesús fue tratar las parábolas como alegorías, es decir, dar a cada detalle de la parábola un sentido profundo; ésto influenciados por la interpretación griega de sus mitos.
Lo que contribuyó más a la interpretación alegórica fue la teoría de la obstinación, según la cual las parábolas serían un velo para ocultar el misterio del reino de Dios a los que está fuera.
Ésto se verificó debido a la traducción de algunos términos griegos: misterion y parabole se correspondían; pero parabole (en hebreo = masal y en arameo = matla) significa enigma.
Podemos concluir que las parábolas no tienen un sentido enigmático o alegórico, ni encierran algún misterio especial; todo lo contrario.
– Las parábolas han de entenderse dentro del contexto de la vida real, con un contenido escatológico.
– En otro momento se intentó clasificar a las parábolas en categorías. Se distinguía entre metáfora, comparación, símil, alegoría, etc,: sin embargo, en el hebreo masal (= arameo matla) comprende todas estas categorías y más, sin hacer distinción. En el judaísmo posbíblico se refería a: símil, comparación, alegoría, fábula, proverbio, revelación apocalíptica, enigma, seudónimo, símbolo, ficción, ejemplo (paradigma), motivo, argumentación, disculpa, objeción, chiste.
– Parabolé en el Nuevo Testamento tiene la significación de símil, comparación, figura, dicho agudo, adagio, proverbio, enigma, regla.
Para nosotros, queda claro que «parábola» tiene el sentido amplio de masal/matla.
– Las parábolas de Jesús no son obras de arte (al menos como primera intención); no quieren tampoco inculcar principios generales (no se crucificaría a un maestro por contar historias amenas para instruir en moral), sino que cada una de ellas fue pronunciada en una situación concreta de la vida de Jesús, en unas circunstancias únicas, a menudo imprevistas. Además se trata de situaciones de lucha, de justificación, de defensa, de ataque, incluso desafío: las parábolas son -no exclusivamente, pero sí en gran parte- armas de combate. Cada una de ellas exige una respuesta al instante.
Jeremias, J.
Fuente: Gestalt Terapia