Simple y llanamente, si, los tonos graves son los mejores para la oratoria, pero esto ¿Por qué?, simplemente transmiten sensación de seguridad y además se proyecta mejor, y el tono grave tiene mayor flexibilidad y fuerza para las subidas y bajadas de entonación.
No pasa lo mismo con la voz aguda: no tiene tanta fuerza de proyección de voz hacia lo lejos y es una voz más adecuada para un territorio intimo de conversación.
¿Pero una persona con una voz aguda puede ser un buen orador? Si, por supuesto que si, lo único que necesita es cumplir con tres requisitos: vocalización, entonación y velocidad. Si domina estos tres puntos su oratoria gana puntos frente a una persona con voz grave que no tenga capacidad de vocalización, entonación y velocidad.
Es por ello que el orador se hace no se nace, por mucha voz de orador innata que tenga una persona.