¡NO ME DIGAS QUÉ TENGO QUE APRENDER… IMPLICAME!. COACHING EDUCATIVO 1

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No sé a la cantidad de cursos que ha podido asistir en su vida, pero dígame una cosa, ¿cuántos de ellos recuerda? ¿A cuántos de ellos les debe su calidad profesional actual? Decimos en muchos foros que las empresas y empresarios deben cambiar su paradigma, su modelo de intervención y dirección, pero cuántos de nosotros hacemos en realidad una profunda reflexión sobre la formación. Yo soy docente desde el año 1991, vamos 19 años ya (cómo pasa el tiempo), de los cuales 16 los he pasado en la universidad. Y creo que es un buen momento para hacer un alto en el camino también y reflexionar sobre la formación que estamos dando ya no sólo en la universidad, sino en los colegios, en los institutos, la formación continua, etc… Si en la Universidad estamos algo mareados con el tema de Bolonia sobre todo porque no sabemos cómo implementar un sistema con los mismos números de alumnos (100 por aula) sin que cambien las condiciones. ¿Es todo el sistema competencial famoso? Yo creo saber un poco de gestión por competencias y lo que veo dista mucho de la realidad del sistema. Este mismo sistema de competencias se esta aplicando en los colegios con el consiguiente mareo donde parece que muy pocos saben realmente de qué hablamos. De la formación de la empresa ya ni digo, una formación que sobrevive porque existe la tripartita, y dónde incluso en un gran porcentaje ni se cubre por la empresa a pesar de no tener ningún coste para ella.

Este comentario no es un comentario de queja, sino de mirar de frente a una realidad donde en muchos de los casos nos hemos olvidado de la esencia del profesorado y es el fomentar el aprendizaje. No enseñar como se decía antes bajo modelos de instrucciones que en muchos de los casos sirven más para el docente que para el alumno. No, nosotros hablamos de la importancia de que el alumno aprenda, y sobre todo, que aprenda a aprender. Es la única manera de generar espíritus críticos en nuestros jóvenes para que el día de mañana puedan decir cosas en nombre de nosotros.

Si en algo estamos de acuerdo todos es que la formación basada únicamente en la información ya no tiene sentido, esa información se puede adquirir por libros y sistemas de elearning. La formación que reclamamos muchos está más basada en el aprendizaje mediante la acción. El modelo de Kolb (1984) es central para comprender este concepto, donde el conocimiento se crea por medio de la “transformación de la experiencia” (p.38). En ese sentido tenemos dos experiencias: (1) la de la experiencia que vivimos concreta que captamos mediante la aprehensión (2) y la experiencia que procede de la mente, de la conceptualización abstracta. El verdadero aprendizaje se da precisamente cuando estos dos tipos de experiencias interactúan. En realidad es el planteamiento del método inductivo en la docencia. Mientras que nuestra realidad está más basada en el modelo deductivo, aspecto éste que obvia en cierto modo algo tan importante como la experiencia individual en el aprendizaje. Por otro lado, Dewey (1938/1997) decía que las buenas experiencias motivan, animan y posibilitan al estudiante a continuar y tener experiencias de aprendizaje más positivas, mientras que las experiencias pobres tienden a reducir el potencial de experiencias positivas en el futuro. El profesor tiene la responsabilidad de estructurar y organizar una serie de experiencias que influyan positivamente en las experiencias futuras potenciales de cada individuo. En mi despacho tengo ya desde hace mucho tiempo un cartel que me recuerda todos los días algo que es fundamental:

Tell me, and I will forget.
Show me, and I may remember.
Involve me, and I will understand.
Confucius, 450 B.C.

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