Nunca me sentí más fuerte, y a pesar de ello, soy tan vulnerable… todo lo que deseo es tan sencillo. Todo lo que amo está tan cerca. Todo lo que sueño es tan simple, tanto que no tengo lo que deseo, ni lo que amo, ni lo que sueño. Seria mejor tener sueños inalcanzables, para que por una vez en la vida, por una sola vez, mi insatisfacción fuera merecida. Y mientras la vida no me da más que salud, yo la maltrato por ser lo único que tengo. Ya no entiendo nada de mí misma. Ya no me comprendo. Si me esfuerzo y no lastimo, no será suficiente esfuerzo. He ahogado mis penas muchas, en alcohol barato. He maldecido a mi suerte y ahora lo estoy pagando. El mundo es tan pequeño, tan pequeño y anticuado, que siguen siendo los pesares los mismos que tuvo antaño, una tras otras, las mujeres de mis antepasados. Quiero pan y una isla y un amor apasionado. Quiero miles de fantasmas que no existen sin milagros. Quiero un mar y una brisa y un verano tras verano. Quiero un sol y una luna y un saber endiablado. Quiero y no puedo tener lo que tengo, que lo tengo aparcado, por si un día no lo quiero.