Quizá os parezca un juego de palabras el título del artículo, aunque si lo despedazamos palabra por palabra cobre cierto sentido. El comenzar una pregunta con las palabras Para qué? nos lleva a la razón última o la trascendencia, de ahí que sea de vital importancia saber cuál es la razón final por la cual es interesante morir en vida para aprender a vivir feliz a partir de entonces y disfrutar de la muerte cuando llegue el momento, todo ello con independencia de las creencias de cada cual.
Muchos dícen que son situaciones de catársis puntual debido a circunstancias concretas yo iría más allá. No sólo estamos hablando de un planteamiento vital sino que conforme se plantea la vida a partir de este preciso instante es de crucial importancia para la felicidad futura saber terminar bien los días que nos queden en este mundo comenzando por asumir el momento.
Es un modo de trabajar el momento presente para que todos los momentos futuros séan instantes presentes de serenidad, felicidad y plenitud.
Con independencia de si tenemos algún diagnóstico de enfermedad duro de aceptar con previsiones grises, ese cambio en nuestra aptitud y por supuesto actitud obrará milagros en cómo se viva a partir de entonces.
Muchos de nosotros nos anclamos a las situaciones de la vida tal y cómo deseamos, queremos y anhelamos sean y se desarrollen según nuestro patrón vital o mapa de carretera, aquel el que hemos adquirido por la educación recibida, el entorno en el que hemos vivido, por los comportamientos y afectos de nuestros seres cercanos, por las afinidades a las que vamos acercándonos; en cambio nos vamos separando y repeliendo situaciones y personas que quizá convenga que súban al tren en el que viajamos aunque difieran de nuestro patrón vital, aquellas que incluso nos provoquen dolores de cabeza, malestares porque confrontan con nuestros valores y principios, resumiendo son contrapuestas o es que quizá nos hacen ver de algún modo la parte que no aceptamos en nosotros.
En el tren en el que viajamos, hay personas que sólo estarán un par de estaciones en nuestro vagón en cambio otras se quedarán con nosotros casi todo el trayecto, muchas serán muy similares a nosotros otras afortunadamente en cambio son y serán diferentes siempre y ello nos reportará nuevos puntos de vista para seguir el trayecto con nuestra mochila repleta de experiencias necesarias para afrontar las paradas obligadas en cada estación de la vida.
Curiosamente sin darnos cuenta, llegará el final del trayecto, y aquellos que hayan sabido aprender durante el camino a compartir todo lo que es de valor, no sólo lo tangible estarán preparados para afrontar un momento de tránsito más como pudiera ser la muerte del cuerpo.
El vivir paradas obligadas en diferentes estaciones en las cuales continuamos el viaje renovados nos hace vivir eternamente. El que determinadas partes de nuestro yo mueran para dar paso al resurgimiento de otras conlleva a que podamos vivir en plenitud el resto de etapas de la vida.
Para terminar me gustaría recordarte uno de mis cuentos favoritos, que vendría a completar la pincelada que me gustaría quedase en tu retina, hay momentos en la vida en la que es preciso morir como el Ave Fénix para después resurgir de las cenizas, espero y deseo que cuando llegue ese momento encuentres la suficiente fuerza, coraje y energía que hay en tí para continuar el camino con ilusiones renovadas para que puedas disfrutar de tu trayecto vital. A mi me ocurrió hace unos años y desde entonces soy otra o quizá la misma con otro punto de mira.
Un abrazo. Mari Cruz
Fuente: Cruz Coaching