Este fin de semana disponemos de una hora menos de luz y en primavera tendremos una hora más, y me servirá como punto de partida para hablar de valor del tiempo, ese tiempo que perdido y no aprovechado por no saberse gestionar es irrecuperable, en especial hablaré del
21 que ha servido como hilo conductor para el reciente
Congreso de Creatividad
Según expertos del
congreso, la base para mantener la atención de la audiencia ha de focalizarse en el tiempo de la exposición, que séan
como máximo 21 minutos, el foco se centró en el tiempo como suele suceder en occidente.
A su vez se díce por supuesto también por aquí que para asentar un hábito o deshacerse de otro se tienen que tomar al menos 21 días de constancia para poder conseguirlo, será cuestión que probemos esas maravillosas técnicas que anotamos y casi nunca ponemos en práctica.
Si me parece ciertamente curioso que el
número 21 sirviera como hilo conductor también para una obra maestra del séptimo arte,
21 gramos, a la que ya hice referencia cuando comenzaba el post con el impactante comienzo de la película,
¿Cúanto pesa el alma?
Nos solemos centrar en el tiempo, pesos, medidas, cantidades, kilómetros … para cuantificar en cierto modo nuestra felicidad e incluso la creatividad, es más si seguimos centrados en el mundo materialista, práctico, terrenal o como se quiera llamar, lo descubrimos pasando por cualquier casino ya que obtendremos instantes de felicidad al ganar jugando al 21, ya que por estadísticas es el número que más sale en todos los casinos del mundo, una casualidad más o quizá no, probablemente no estamos hablando sólo del azar sino que parafraseando a Jung todo redunda no sólo en la cifra sino en algo que va más allá, la sincronicidad de la que tanto habló y que someramente viene a ser que ciertas casualidades que se conectan y a las que se les da un sentido me permiten escribir hoy este post.
Lo curioso y es otra conexión que se me ocurre, con la
carta 21 del tarot serán muchos los significados que desconozco, aunque a mí personalmente me llama la atención que aparezcan los símbolos de los cuatro evangelistas, los cinco elementos de la naturaleza base de la cultura oriental así como que se represente a
Saturno, quizá todo séa porque, finalmente
todo va al 21, porque todo es unicidad.
Y los cuatro evangelitas debían de estar en esta interesante carta base para la cultura occidental creyente, los elementos orientales hermanarse con los occidentales figurando simbólicamente y por supuesto culminar con Saturno haciendo honor a la terrenalidad que se muestra economicamente y que curiosamente se hace honor cuando se apuesta todo al 21.
Y como no pretendía robarte 21 minutos de tu valioso tiempo con las supuestas 21 líneas de este post que no han sido tales, dado que como en todo en la vida no se ha de pretender acotar con una cifra, el vivir así como el sentir se miden con instantes inolvidables, de ahí que dejaré este último sentir a modo de reflexión abierta para que te lleve a encontrar aquellas conexiones que te permitan seguir jugando con tu creatividad.
Un abrazo.
Mari Cruz