Pétalo 242 :) La luz de la caverna

Hoy en lugar de trasladarme a oriente para relatar este interesante cuento, voy a remontarme a la época de las cavernas, me apetece contarte lo que ocurrió en una caverna situada en la alta montaña esa que te venga a la mente justo en este preciso instante.

Estaban un grupo de cavernícolas refugiados en pleno invierno en una gran cueva para guarecerse del frío y de los animales. Cuando se dieron cuenta que apenas podían ver cuando llegaba la noche, y a medida que se adentraba el invierno se hacía mucho menos llevadero por el fría y oscura que se quedaba la caverna.

Pasó algún tiempo, y uno de ellos logró encender una pequeña tea con unos pequeños troncos secos. Y aunque la luz que daba era tan escasa que aún así no se podía ver apenas nada en cuanto oscurecía. Sin embargo, se le ocurrió que con su luz podía ayudar a que cada uno de los demás prendieran su propia tea y así, compartiendo la llama con todos, la caverna se iluminó considerablemente.

Quizá la pregunta que todo buen coach haría comenzaría por ¿Qué nos enseña este pequeño e interesante relato?

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Y posibles respuestas puedan ser: «Nos enseña que nuestra luz sigue siendo oscuridad si no la compartimos con el prójimo. Otra posible vía de enseñanza fuera que nos pueda hacer ver que el compartir nuestra luz no sólo no la desvanece, sino que por el contrario, la hace crecer en confluencia con otras, obteniendo pleno significado su existencia».

Habrá tantas respuestas posibles como personas interpreten este cuento, que pasa de generación en generación los días de frío invierno, y que ahora te animo a compartir, si quizá sea el momento propicio para compartir tu pequeña luz con el resto de tus seres cercanos.

Un abrazo.
Mari Cruz

Fuente: Cruz Coaching

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