Podríamos decir que al enfrentarnos a un conflicto o a una dificultad concreta casi siempre activamos el mismo botón y en consecuencia actuamos de la misma forma. De tal forma que cada uno hace honor a su nombre con la actitud que asume: tenemos al susceptible del grupo que se altera a la primera, el pacificador que trata de buscar el acuerdo siempre manteniendo la calma, el polémico que busca alterar los ánimos de los demás, etc.
Ya sabemos que cuanto más aguda sea la emoción inducida, más se impondrá nuestra respuesta habitual, siempre dependiendo de la historia de cada uno: la relación familiar, ambiente escolar, compañeros, experiencias vividas, etc.
Los perfiles a los que voy a hacer referencia más abajo se basan en la manera de pensar, de vivir y de comportarse que tenemos ante un conflicto concreto. En cierto modo esa reactividad puede variar dependiendo del vínculo afectivo o contexto en el que se de: si nos hace una crítica nuestro hermano probablemente la reacción no sea igual a que si nos la hace nuestro jefe.
Posiblemente nos sintamos identificados con más de un perfil de los que luego se detallan o que no nos sintamos identificados con ninguno. De todos modos lo importante es que lleguemos a ser conscientes de nuestros comportamientos o reacciones repetitivas.
Algunos posibles perfiles son las siguientes:
1. Agresivo:
En este tipo de casos la emoción se apodera de la razón y la forma de defensa por la que opta es por el contraataque. Las personas que entran dentro de este tipo de perfil no es que sean siempre agresivas, sino que ante un contexto concreto de conflicto o dificultad reacciona de ese modo.
2. Tranquilo aparente:
Las personas que entran en este perfil son aquellas que de cuya reacción queda todo el mundo sorprendido. Son enfados inesperados y terminan con la tranquilidad habitual que acompaña a estas personas.
3. Paranoico:
Son personas que sus pensamientos e interpretaciones torcidas y malpensadas les lleva a crearse una opinión muchas veces equivocada de los demás y sus acciones. Por lo tanto este tipo de personas suelen tener reacciones inadecuadas con respecto a la situación real ya que todo es malinterpretado.
4. Victima:
Su autoestima se ve afectada de forma muy habitual ya que asume siempre el papel de inferioridad ante cualquier tipo de relación. Su reacción es siempre la de la queja, prefiere quejar a actuar.
5. Asertivo:
Este tipo de perfil es el que mejor tiende a dominar las situaciones complicadas que se dan en las relaciones. Son personas que tienen la habilidad de escuchar la opinión del otro y de tener en cuenta las emociones ajenas. Además tienen la disposición de sugerir alternativas que ayuden a solucionar el conflicto.
Iluminada García en PNLNET.COM
(NOTA Después de las vacaciones de fin de año y compromisos inesperados volvemos a poner el blog en marcha para compartir nuestro crecimiento personal. el autor)
Fuente: ÉTICA Y CRECIMIENTO PERSONAL