… y ahora a divertirse

eaec7434b2fc3de8524515c28e078680 Durante varios años he sido testigo, no siempre mudo, a veces con un cierto tinte de culpabilidad (Yo fui su seleccionador) y muchas veces impotente, del sufrimiento de una persona -a la que considero buena amiga y a la que tengo un cariño muy especial- en el desempeño de su puesto de trabajo dentro de una de esas organizaciones que seguro que todos conocemos, en las que la persona cuenta poco a pesar de ser multinacional anglosajona, en la vanguardia de las teorías de los modelos de gestión basados en las personas.

Después de muchos sufrimientos, sinsabores, días malos y días muy malos, asumió las riendas de su trayectoria profesional y después de una reflexión de meses, de muchas dudas y de muchas vicisitudes personales, ha decidido marcharse y emprender un proyecto diferente.

No diré que la decisión no me ha alegrado, puesto que siempre he sentido una especial predilección por esta persona en lo íntimo y una gran admiración por sus aptitudes y capacidades en lo profesional.

En una de esas pocas comidas que tenemos la oportunidad de compartir (Yo siempre me quedo con ganas de más porque siempre hay que irse corriendo no vaya ser que me necesiten en planta y…) aprovechando los temas de trabajo que tenemos algunas veces entre manos, hemos podido compartir un poco sobre su decisión y cómo se encuentra actualmente.

No entraré en detalles que no vienen al caso pero en general tengo que decir con alegría que ha cambiado su estado de ánimo y creo que puedo decir que hace tiempo que no tenía la sensación tan clara de su serenidad y bienestar interior a pesar de que aún debe cumplir unos cuantos meses más de trabajo en la empresa, ya que ese es el compromiso al que ha llegado con la organización antes de irse.

… y debo confesaros que no he podido más que pedirle un favor casi personal: ahora que te vas, ahora que lo has decidido, ahora que ya no tienes nada que perder,… demuéstrales cómo se hacen las cosas, pon los límites, enseña cómo se gestiona y da unas cuantas lecciones a todos esos que poco a poco han ido medrando en sus puestos en base a aparentar que meten muchas horas y al “si señor” del siglo XX.

No se si es el mejor consejo, no se si es lo más racional, ni siquiera estoy seguro de querer que me haga caso pero es lo que me pide el cuerpo, que se enteren de una vez de lo que se van a perder y de la gran “cagada” (con perdón) que han ido labrándose durante años para llegar aquí.

La pena es que hay muchas más personas en esa organización y no estoy muy seguro de que aún así los de la parte de arriba del organigrama sean capaces de reflexionar sobre lo que se pierden,…

¿Qué tenemos que hacer para cambiar esto rápidamente para que no haya más muertos en el camino de la excelencia?

En cualquier caso estoy contento, la historia de la que os hablo tendrá un final feliz ya que la persona protagonista emprende un camino nuevo e ilusionante para ella y mucho más cercano a sus anhelos e inquietudes tanto en lo personal como en lo profesional.

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